Hace ya un tiempo que llegó para quedarse, por lo menos en las portadas de los periódicos y en las conversaciones cotidianas sobre la situación del país. Pero la prima de riesgo es un concepto que no solo se utiliza para evaluar el riesgo de la deuda pública soberana. También tenemos prima de riesgo en las telecos.
De hecho, en 2010, la Comisión Europea en su Recomendación sobre Redes NGaN estableció las guías para que los reguladores europeos calculasen la prima de riesgo que se debe aplicar a los costes de un operador a la hora de invertir en redes NGaN (Telefónica, en el caso de España).
Con la Resolución recién aprobada (acceso al texto), la CMT es el primer regulador europeo que desarrolla un modelo de cálculo para determinar esa prima de riesgo. El resultado final obtenido es una prima de riesgo del 4,81% para los servicios mayoristas de las redes de Nueva Generación, que se aplicará en los próximos 3 años. Lo explicamos a continuación.
La Recomendación de la Comisión Europea explica:
Se recomienda el uso de una prima de riesgo compensatoria que consiga un equilibrio entre la aportación de los incentivos adecuados para las empresas inversoras y el fomento de la eficiencia en la asignación de recursos, la competencia sostenible y el máximo de beneficios para el consumidor.
Esa prima de riesgo la deben tener en cuenta los reguladores nacionales en sus sistemas de contabilidad de costes cuando fijan los precios mayoristas de los operadores históricos. En el caso de España, Telefónica, al ser un operador con Poder Significativo de Mercado en banda ancha, tiene unos precios regulados cuando ofrece acceso a sus redes de Nueva Generación (redes de fibra óptica). Esos precios los fija la CMT.
Incertidumbres del negocio de la fibra
Las redes de NGaN implican una inversión novedosa con respecto a lo que supone una inversión en una red tradicional (red de cobre). En consecuencia, la CMT para calcular esa prima de riesgo ha tenido en cuenta dos tipos de incertidumbres:
- Incertidumbres sobre la demanda de los servicios: costes del despliegue
- Incertidumbres sobre la competencia, la dinámica y la caracterización del mercado: cambios tecnológicos y coyuntura macroeconómica.
A partir de esas incertidumbres, la CMT ha utilizado un modelo en el que ha comparado un caso de negocio más conservador y maduro, como es el del ADSL, con otro más novedoso (fibra) y que presenta incertidumbres. Con este planteamiento, se han empleado los flujos de caja descontados (DCF), que no es otra cosa que tener en cuenta durante un periodo de tiempo determinado la demanda, los costes y los ingresos de los servicios de la banda ancha tradicional con respecto a los de la banda ancha a través de redes de nueva generación.
Con esos datos y empleando un modelo de simulaciones, se ha obtenido una tasa de retorno de la inversión (TIR), con diferentes valores, en función de si se trata de servicios de banda ancha tradicionales (ADSL) o de fibra (NGaN). Finalmente, en función de esos resultados de la tasa de retorno (y después de hacer muchos y muchos cálculos) se ha obtenido una prima de riesgo del 4,81%, aplicable al negocio de la fibra óptica, cuyo periodo de vigencia será de tres años.
La aplicación práctica de la prima de riesgo
Esa prima de riesgo del 4,81%, se tendrá en cuenta en los nuevos precios del NEBA (servicio de acceso indirecto sobre fibra óptica, hasta 30 Megabit/s que está regulado por la CMT). No obstante, los precios vigentes del NEBA ya incluyen una prima de riesgo similar, cuyo cálculo no se obtuvo a través modelo recién aprobado.
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