“El final de una era”, “El apagón final”, “Fin de conexión”. No estamos hablando de películas de acción sino de algunos titulares que estos días anunciaban el fin del ADSL. Esta tecnología, que alguna vez nos pareció revolucionaria, ha sido reemplazada progresivamente por la fibra óptica, ofreciendo velocidades mucho más rápidas y una conexión más estable.
Foto cortesía de PEXELS.
La expansión de la red de fibra de los últimos años ya vaticinaba el fin del ADSL, la red que revolucionó nuestros hogares en los noventa.
Que no cunda el pánico
20 de abril del 24. Hola, Movistar, ¿cómo estás? ¿Te sorprende que te escriba? Estoy sin línea, es normal.
A pesar de los alarmismos, los efectos del apagado del ADSL en nuestro país son limitados: apenas son 400.000 las líneas que operan a través del ADSL, según los últimos datos de CNMCData. Además, el anuncio de Telefónica del cese del cobre para el 19 de abril (coincidiendo con su centenario) no implicaba que todos los accesos de cobre se apagaran ese mismo día, sino que la operadora, de manera voluntaria, no contaría ya con clientes minoristas sobre accesos de cobre (y finalmente, parece que el fin del servicio será gradual, y no justo ese día). Otra cosa son las fechas de cierre de las centrales de cobre, anunciadas y comprometidas, en las que todos los accesos de cobre de esa central deben dejar de funcionar cuando llegue su cierre definitivo. Recordemos que ya han cerrado muchas centrales, y seguirán cerrando hasta 2026.
En cualquier caso, no debería cundir el pánico entre los usuarios. Ningún usuario va a quedarse sin conexión. Los operadores ofrecen alternativas de conexión a sus clientes, sea a través de fibra o de radio, y generalmente sin costes añadidos. La conexión alternativa vendrá dada más probablemente por fibra, pero en algunos entornos con menor capilaridad de red se hace uso de otras opciones: radio, y en casos extremos, satélite.
Y conviene recordar también que los operadores pueden realizar cambios como este en sus contratos con los usuarios, pero según la carta de derechos del usuario de los servicios de comunicaciones electrónicas, deben avisar a los usuarios con una antelación mínima de un mes.
El proceso de cierre de centrales de cobre
Aquí en nuestro blog ya hemos explicado alguna vez el porqué del cierre de las centrales de cobre. La red de fibra óptica hasta el hogar (FTTH) que lleva bastantes años desplegándose en nuestro país necesita menos centrales para cubrir la demanda y ofrece unas prestaciones de conexión muy superiores a la red de cobre, además de tener un consumo de energía eléctrica muy inferior y contribuir así a la sostenibilidad.
La red de accesos de cobre de Telefónica se divide en centrales y cuando una central cierra, ni Telefónica ni otros operadores pueden acceder a su red de cobre. En la web de la CNMC puedes encontrar el listado público de centrales en proceso de cierre, en el que tanto instituciones como usuarios disponen de información fiable sobre las centrales que se cerrarán y su fecha de cierre. La última de las 8.526 centrales existentes se apagará en 2026. Este ejercicio de transparencia evita posibles abusos del proceso de cierre por parte de interesados en promover cambios de operador de forma indebida y da seguridad a los usuarios.
¿Cuál es la labor de la CNMC en este proceso?
Como Telefónica tiene una obligación de acceso a la red con respecto a otros operadores, la CNMC, en el marco de los análisis de mercados de banda ancha, se encarga de regular este proceso para ofrecer un marco seguro a los operadores que han accedido a la red de cobre de Telefónica. Así, hemos ido siguiendo y vigilando tanto el proceso de cierre de centrales de cobre de Telefónica –que se inició hace ya casi una década– como su impacto en los operadores de telecomunicaciones; y hemos ido publicando la lista de centrales en cierre, como hemos comentado. El verano pasado hicimos un informe detallando los hitos y el estado del proceso de cierre.
En el blog os hemos explicado también los hitos más importantes de este proceso a lo largo de los años (aquí).
Si se cierra una central de cobre no debería perjudicar a los usuarios. En mi caso, somos muchos los perjudicados, porque nos ofrecen radio y satélite, de mucha peor calidad. No deberían cerrar la central mientras que no haya fibra. Concretamente, me refiero a la central de La Yuca, en La Guardia de Jaén.
Gracias.