La CNMC acaba de publicar la Guía sobre la preparación y el diseño de las licitaciones públicas, una herramienta práctica para ayudar a todos los órganos de contratación a tomar mejores decisiones y fomentar la competencia en los procesos de contratación.

Esta publicación forma parte del proyecto de actualización de la Guía sobre Contratación Pública y Competencia de 2011, y es ya la tercera entrega.
Las dos anteriores se centraban en:
- La Planificación de la Contratación pública, como herramienta clave para garantizar la eficiencia y la competencia en el aprovisionamiento (2020) (resumen en esta entrada en el blog)
- La utilización eficiente de los encargos a medios propios y convenios (2023) (aquí entrada en el blog)
Ahora, esta nueva guía aborda una fase clave: la preparación y el diseño de las licitaciones públicas.

Fases del ciclo del aprovisionamiento público
¿Por qué es tan importante diseñar bien una licitación pública?
Según un informe especial del Tribunal de Cuentas Europeo sobre la contratación pública (2023) “Hay una falta general de concienciación sobre la competencia como requisito previo para lograr la mejor relación calidad-precio en la contratación pública” [1].
Esto significa que, muchas veces, no se valora lo suficiente el impacto que tiene una buena preparación previa y un diseño adecuado de las licitaciones. Sin embargo, hacerlo bien no solo mejora la eficiencia de los fondos públicos, sino que también anima a más empresas a participar, fomenta la competencia, reduce el riesgo de acuerdos ilegales entre empresas (previene la colusión), y ayuda a obtener mejores precios, más calidad e incluso soluciones más innovadoras.
En pocas palabras, se trata de que los órganos de contratación establezcan unas reglas del juego claras y justas para que las empresas realmente compitan por ofrecer la mejor oferta.
Para lograrlo, es clave aplicar principios básicos de la contratación pública, así como los de buena regulación y administración. De este modo, se puede orientar la toma de decisiones técnicas de los órganos de contratación hacia un objetivo común: más participación, más competencia y, en consecuencia, más eficiencia.
¿Qué aporta esta guía?
La nueva guía ofrece un análisis práctico de los aspectos clave que deben tenerse en cuenta tanto en la fase de preparación como en el diseño de los pliegos y del procedimiento de contratación.

En cada ámbito identifica una serie de riesgos para la competencia, ilustra buenas y malas prácticas y finalmente propone unas recomendaciones prácticas que pueden aplicarse para mitigar o prevenir aquellos riesgos. Finalmente, ofrece un listado de autoverificación que sirva a las entidades contratantes comprobar el seguimiento de las recomendaciones de la CNMC.
¿Qué recomendamos?
Algunas de las recomendaciones a las entidades de contratación que se recogen en la guía son:
PREPARACIÓN
- Identifica la necesidad, piensa en el resultado final, sin restringir soluciones alternativas.
- Estudia el mercado, analiza características generales y dinámicas competitivas. Aprovecha los datos oficiales y, en su caso, explótalos con la IA.
- Difunde la consulta preliminar de mercado, garantiza la transparencia, protege la información confidencial y evita la colusión o ventajas injustificadas entre licitadores.
- Verifica riesgos de colusión y antecedentes sancionadores por prácticas anticompetitivas.
- Publica planes de compras.
DISEÑO
- Maximiza la difusión de las convocatorias.
- Mejora la claridad de Pliegos, simplifica trámites y reduce cargas.
- Divide en lotes heterogéneos, aprovechando la especialización de las pymes.
- Prioriza el uso de procedimientos abiertos y sistemas dinámicos.
- Exige requisitos técnicos y económicos necesarios, proporcionales y no discriminatorios.
- Facilita el acceso a nuevas empresas flexibilizando los medios de acreditación de la solvencia.
- Utiliza la contratación estratégica, pero no a costa de la libre competencia.
- Garantiza la neutralidad competitiva y tecnológica, evita marcas y prioriza el uso de estándares técnicos.
- Conjuga criterios de adjudicación objetivos, neutrales y bien ponderados. Si son criterios cualitativos, fundamentarlos sobre parámetros objetivos cuantificables.
- Plantea plazos de presentación de ofertas adecuados a la complejidad del contrato.
- Evita divulgar la identidad de licitadores, por lo menos, hasta la evaluación de ofertas.
- Introduce cláusulas sobre las consecuencias por falsear la competencia.
- Refuerza la formación en competencia y contempla el asesoramiento y formación por la CNMC.
En la CNMC, somos conscientes de la dificultad que tienen muchas pymes para acceder a las licitaciones públicas, de los retos a los que se enfrentan las entidades contratantes de ámbito local y de los riesgos de las compras de nuevas tecnología. Por eso, en una próxima entrada de blog, nos centraremos en recomendaciones concretas para facilitar su entrada en el mercado público.
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