Acabamos de publicar la actualización de la Guía de la CNMC sobre Contratación Pública. Es un documento que incluye varias recomendaciones e insiste en que la planificación es un elemento clave para mejorar el diseño de las licitaciones públicas y detectar la colusión entre empresas. Hoy nos preguntamos: ¿Por qué interesa planificar la contratación pública? ¿De qué se trata? ¿Qué evitaremos con ello?… os lo explicamos en este post.

Guía de  Contratación pública y competencia – Fase 1. Planificación. Ventajas y fases del proceso. Fuente: CNMC

En el documento de recomendaciones elaborado por la CNMC se insiste en que la planificación es una fase clave para el éxito del aprovisionamiento ya que minimiza errores de falta de previsión y favorece procesos de licitación verdaderamente competitivos.

Precisamente,  en el contexto de crisis socio-económica provocada por la pandemia de la Covid–19, resulta imperante mejorar la eficiencia de la contratación pública para impulsar la recuperación (Conclusiones del Consejo. Inversión pública a través de la contratación pública: recuperación sostenible y reactivación de una economía de la UE resiliente -2020/C 412 I/01).

¿Por qué interesa planificar y programar?

Una verdadera y adecuada planificación de las necesidades permite acudir a procedimientos de licitación públicos y abiertos a la concurrencia, promoviendo la gestión eficiente de los recursos públicos.

¿De qué se trata?

Planificar implica anticipar. Supone llevar a cabo un análisis de necesidades y de potenciales alternativas para la correcta definición de estrategias. Es una actividad imprescindible para todas las organizaciones, públicas y privadas, pero, en la medida en que las primeras se financian con recursos públicos, siempre limitados, y están sujetas al compromiso constitucional de eficiencia en su gestión, su adecuada puesta en práctica resulta imprescindible.

¿Qué ventajas conlleva?

Una correcta planificación previa presenta numerosas ventajas para los entes públicos:

  • Mejoras en el diseño de las licitaciones, al promover la transparencia y el acceso de los operadores a las licitaciones (especialmente de las pymes).
  • Acudir a procedimientos de adjudicación abiertos y competitivos que favorezcan la concurrencia y la presencia de ofertas más ventajosas, al incrementar la eficiencia y ahorro en la gestión de contratación (en este Estudio lo demostramos).
  • Optimizar la ejecución global del contrato, mejorar la gestión económica-financiera y presupuestaria y la rendición de cuentas.
  • Adoptar un verdadero enfoque estratégico de la contratación pública.

En este sentido, gracias a la planificación, se evita:

  • La utilización indebida de procedimientos de aprovisionamiento que limitan la concurrencia (contratos menores, negociados sin publicidad o encargos a medios propios).
  • Las adquisiciones de baja calidad, elevado coste o de viabilidad cuestionable.
  • La utilización indebida de los modificados o las prórrogas.

¿Cómo lo hacemos, qué fases contiene?

A pesar de su utilidad, la planificación ha tenido escasa transcendencia práctica en la actividad contractual. Por ello, en su documento, la CNMC ha esbozado las distintas etapas que deben conformar una adecuada planificación:

1. la identificación de las necesidades de las entidades públicas, su categorización y priorización de acuerdo con sus objetivos y estrategias.
2. la programación de los distintos aprovisionamientos que se reflejarán de forma práctica en el plan de compras de la entidad.
3. el seguimiento, control y evaluación ex post del plan de compras.

¿Cuáles son las recomendaciones?

1. Asumir una verdadera cultura de planificación de la contratación pública por parte de las entidades públicas contratantes.
2. Abordar la planificación de forma integrada y estratégica teniendo en cuenta la misión de interés público encomendada a cada organización.
3. Considerar los diferentes tipos de planificacióny su adaptación a cada entidad.
4. Establecer un proceso interno de centralización, análisis, priorización y seguimiento de las necesidades.
5. Dotar de transparencia la programación de las compras públicas para favorecer la concurrencia.
6. Introducir medidas que eviten que la predictibilidad de las compras públicas favorezca la existencia de prácticas anticompetitivas.
7. Alentar la colaboración entre entidades contratantes del sector público para intercambiar experiencias y buenas prácticas.

Siguiente fase: la preparación

Con este documento, la CNMC da por finalizada esta primera fase. Ahora seguimos analizando la siguiente, que será la preparación del aprovisionamiento público. En ella abordaremos, por un lado, las actuaciones previas necesarias para acudir a una licitación pública, pero también las otras opciones de aprovisionamiento existentes, en especial la utilización de medios propios.

Os iremos informando de todos los pasos y progresos que realicemos en este proyecto a través de la web de la CNMC y del blog.

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