Como habréis visto, cada día hay más noticias sobre sectores y actividades que están en pleno proceso de transformación a causa de la digitalización de la economía. Este fenómeno también afecta a la política de competencia, y a autoridades como la CNMC e, incluso, a la propia Comisión Europea.

¿Llegará pronto el corte de pelo on-line? Foto tomada de Flickr, cortesía de GipuzkoaKultura

De hecho, la Comisión Europea está organizando una Jornada sobre las implicaciones de la digitalización en la política de competencia, que en enero de 2019 contará con la participación del Premio Nobel de Economía en 2014, Jean Tirole. La CE ha pedido contribuciones a todos los expertos e interesados en enriquecer la discusión. Y nosotros nos hemos animado a participar…

La contribución de la CNMC se puede consultar aquí y analiza estas tres cuestiones:

El papel del “big data”

Uno de los debates estrella en el ámbito de la política de competencia es el papel del “big data”, que se suele definir en términos de 3 Vs: volumen, variedad y velocidad. Estas 3 Vs conducen a la 4ª V: valor. Los datos en esta nueva economía digital son muy valiosos. Estas características de los datos pueden conducir a dinámicas de concentración: una plataforma es más valiosa cuantos más datos tiene, pues ofrece mejor servicio, y eso le hará atraer a más consumidores y proveedores, acumulando de nuevo más datos. Pero en la nueva economía digital la competencia está a la vuelta de la esquina (competition is a click away), así que las dinámicas del mercado pueden cambiar rápidamente.

Existen otros debates relacionados con los datos, como son la consideración de la privacidad como un elemento de calidad (al ser el precio de los servicios nulo, “pagamos con nuestros datos”), el uso de los datos personalizados para discriminar precios entre consumidores o el uso de técnicas de inteligencia artificial para la formación de precios (pudiendo degenerar en conductas colusivas entre algoritmos).

El poder de mercado de las plataformas digitales

Las plataformas digitales son una manifestación del auge de la economía digital. Permiten poner en contacto a dos o más grupos de usuarios, como proveedores de contenidos digitales, consumidores y anunciantes que, sin su presencia, no podrían llegar a contactar debido a unos elevados costes de transacción. Constituyen así un buen ejemplo de solución privada a un fallo de coordinación.

No obstante, esta solución no es perfecta y pueden crear ciertos problemas de competencia. Puede existir cierta tendencia a la concentración en pocas o una única plataforma (el llamado “tipping”), dado que el valor de la misma para cada grupo de usuarios que atiende depende del tamaño de los restantes grupos: son los denominados efectos de red indirectos. Si esta concentración supone poder de mercado para la plataforma, esto puede generar el deseo de extender dicho poder a otros mercados conexos (leveraging) como el sector financiero, como la CNMC ha identificado en un estudio sobre Fintech que aparecerá en breve. O puede tentar a las plataformas digitales a capturar a sus usuarios (lock-in), potencialmente mediante tácticas de exclusión de plataformas competidoras.

La complejidad del análisis económico de plataformas, aún embrionario, obliga a la CNMC a actualizar constantemente su caja de herramientas para evaluar correctamente situaciones de mercado y conductas que involucren este tipo de agentes.

Cómo estimular la innovación con la política de competencia

La disrupción que conlleva la digitalización es resultado del fuerte esfuerzo en innovación que realizan las empresas. Por ello, preservar esta innovación se ha convertido en una preocupación crucial de la política de competencia en los mercados digitales (casi más que la competencia en precios, pues a largo plazo cabe argumentar que la innovación redunda en mayores mejoras de bienestar).

Esta preocupación se ha traducido, por un lado, en un notable esfuerzo a la hora de mejorar nuestra comprensión de cómo una concentración afecta a la innovación en el mercado, análisis que resulta más complejo que el tradicional centrado en los precios. Este énfasis en la competencia dinámica se puede constatar en las concentraciones de plataformas digitales analizadas por la CNMC (C/0573/14 SCHIBSTED/MILANUNCIOS, C/0730/16 JUST EAT/LA NEVERA ROJA, C/0802/16 DAIMLER/HAILO/MYTAXI/NEGOCIO HAILO).

Por otro lado, en el ámbito digital, el foco a la hora de sancionar está virando hacia la necesidad de restituir la estructura del mercado a la situación que prevalecía con anterioridad a la práctica anticompetitiva (frente a la tendencia tradicional de imponer multas). Asimismo, el acceso a datos, cuando estos son necesarios para desarrollar nuevos productos, está cobrando mayor relevancia como posible conducta anticompetitiva (como se puso de relieve en el expediente S/DC/0536/14 CAIXABANK).

La contribución de la CNMC se puede consultar aquí.

Comparte esta noticia en tus redes