Resulta épico que una periodista fuese capaz de resultar victoriosa en su combate contra uno de los mayores gigantes norteamericanos de la industria petrolera de finales del siglo XIX.
Su historia resulta aún más épica si tenemos en cuenta que Ida Tarbell no solo fue el comienzo del fin para la Standard Oil Company, sino que además fue una figura pionera en la lucha contra los monopolios en Estados Unidos. Por el camino, se erigió como la madre del periodismo de investigación.
Ida M. Tarbell (1904). Fotografía tomada por James Edward Purdy. Dominio público, vía Wikimedia Commons.
*Artículo escrito por Amparo Pérez Alarcón.
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo, en la CNMC queremos contaros su historia.
¿Quién fue Ida Tarbell?
Periodista y escritora de profesión, Ida Tarbell puso su carrera al servicio del cambio social y de la búsqueda de la verdad. Estos objetivos la convirtieron en asidua colaboradora y editora de la revista McClure’s[1].
Además, fue una renombrada biógrafa y conferenciante comprometida con la paz mundial, las prácticas laborales justas y con la situación de la mujer. También fue miembro de organizaciones profesionales y comités presidenciales. En definitiva, una mujer adelantada a su época.
Conozcamos su historia. Ida Minerva Tarbell (conocida como «Ida Tarbell») nació el 5 de noviembre de 1857 en Pensilvania, en unos tiempos de gran expansión de la industria petrolera de la zona. Esta situación marcaría significativamente el rumbo de su vida.
En efecto, el empeño de Tarbell por denunciar las prácticas abusivas en el sector del petróleo no le vino solo por su personalidad socialmente comprometida. Tarbell estaba especialmente ligada a este sector. Su padre, como tantos otros pequeños empresarios de la zona dedicados a la producción y al refinado del petróleo, se vió severamente perjudicado por las actividades de las grandes empresas.
Los acuerdos preferentes entre la South Improvement Company y las grandes ferroviarias, así como su posterior unión a la actividad de la Standard Oil destruyeron la pequeña industria pensilvana de petróleo. Aunque se produjeron disturbios en los campos petrolíferos, el poder de Rockefeller fue en aumento mientras la pequeña industria desaparecía. Todo esto fue observado por los ojos atentos de Ida Tarbell, a quien la pérdida de su hogar o el suicidio de un amigo de la familia arruinado por la Standard Oil, influenciarían el resto de su vida.
Su pasión por el periodismo social ligado a asuntos como el petróleo o los aranceles la condujo al éxito con el libro The History of the Standard Oil Company (1904). Esta publicación fue calificada como una obra maestra del periodismo de investigación y un paso fundamental para denunciar los monopolios.
La Standard Oil Company: un conglomerado anticompetitivo en toda regla
Standard Oil Co. Inc. fue una empresa estadounidense dedicada a la producción, transporte, refinado y comercialización del petróleo. Fundada en 1870 en Ohio, por John D. Rockefeller y Henry Morrison Flager, la Standard Oil experimentó un crecimiento formidable durante las siguientes décadas, pero también acabó convirtiéndose en uno de los primeros y mayores conglomerados anticompetitivos de la historia moderna.
Su desarrollo empresarial comenzó con la compra de compañías competidoras así como con la ejecución paulatina de acuerdos preferentes o relaciones ventajosas con empresarios vinculados a la Oil Company, que erigían barreras a potenciales competidores.
Con el paso de los años, la magnitud y el poder de mercado de la Standard Oil Co. crecieron, al tiempo que lo hacía la agresividad de sus prácticas. La empresa estableció relaciones preferentes con empresas de transporte y desarrolló tácticas de integración horizontal y vertical afectando la habilidad de competir de otros operadores de menor tamaño que operaban en el mercado.
Standard Oil consiguió escapar de las acusaciones en su contra disolviendo las empresas para adoptar la forma de fideicomiso (trust). Esto le permitió, en 1890, controlar el 88% de los flujos de petróleo refinado en EEUU; y el 91% de la producción y el 85% de las ventas finales, en 1904.
Ida Tarbell denunció sus abusos
En este contexto, fueron las investigaciones de Ida Tarbell las que permitieron esclarecer las conductas anticompetitivas y la estructura empresarial de Standard Oil. Sus averiguaciones quedaron plasmadas en el libro ya citado The History of the Standard Oil Company y en múltiples artículos de revistas.
Aunque la Ley Sherman (la primera ley “anti-trust”, que permitía actuar contra los monopolios y otras prácticas restrictivas) había sido aprobada en 1890, no manifestó todo su potencial hasta la denuncia del Gobierno de EEUU de 1911 contra The Standard Oil Company, gracias en parte a la investigación de Tarbell. Tras el debido proceso, la compañía de Rockefeller fue declarada culpable por la realización de prácticas anticompetitivas y por el abuso de su posición de dominio y fue condenada a dividir el fideicomiso en 34 nuevas empresas.
Y es justo reconocer el papel de Ida Tarbell en este caso, pionero. Tarbell, periodista fiel a su oficio y a sus convicciones y que conocía de primera mano la vida en los campos petrolíferos, fue quien desarrolló la investigación exhaustiva de las actividades de Rockefeller y sus socios. Fue además precursora de un nuevo tipo de investigación periodística caracterizada por el uso de técnicas de indagación en archivos privados. Accedió a cientos de miles de documentos repartidos por todo el país. Más tarde, añadió a su investigación entrevistas y testimonios de los más importantes ejecutivos y competidores de la corporación, reguladores gubernamentales y expertos académicos. Durante su investigación tuvo que sobreponerse además a las advertencias de todo su círculo y a las amenazas del poder.
El legado de Ida Tarbell
La determinación de Tarbell no solo logró que el Gobierno de los Estados Unidos emprendiera acciones contra uno de los primeros grandes monopolistas. Sin ser posiblemente consciente de ello, encendió la mecha de la lucha contra las prácticas anticompetitivas no solo en EEUU sino también a nivel mundial. Tras la estela del primer gran caso que supuso el US v. The Standard Oil Company, países de todos los continentes han ido incorporando la normativa para la defensa de la competencia en su acervo jurídico.
Además, la investigación de Tarbell inspiró la aprobación de la Ley Hepburn en 1906 para la supervisión de las empresas de ferrocarril y la Ley Mann–Elkins en 1910, que otorgó el poder sobre las tarifas de petróleo a la Comisión de Comercio Interestatal. Su nombre también estaba presente en la mente de los impulsores de la Comisión Federal de Comercio (FCT) en 1914.
Sirva esta historia para rescatar las de todas aquellas mujeres que nacieron en otras épocas, y que lograron grandes hitos y contribuciones a su tiempo, pero que no tienen su lugar en los libros que recogen los acontecimientos que configuran nuestros recuerdos.
[…] Ida Tarbell o cómo una mujer del siglo XIX está en el origen de la lucha contra los monopolios […]