En la CNMC trabajamos para mejorar la contratación pública, por su dimensión económica y social. Hacemos cursos con los departamentos de las Administraciones que se encargan de esta materia, hemos puesto a su disposición una guía para detectar posibles prácticas anticompetitivas, informamos sobre determinados concursos… ¿Qué está fallando?

Foto extraída de Pixabay

El pasado día 3 de diciembre, reunimos a expertos nacionales y extranjeros, de la Administración, de las empresas y de la academia para ver cómo van las cosas en materia de contratación pública.

La respuesta fue unánime: ¡HAY QUE PLANIFICAR MÁS Y MEJOR!. De hecho, la planificación, es la primera fase de cualquier compra.

Hemos recogido algunas conclusiones y las recetas más sabrosas para quienes no pudisteis asistir:

  • En España no planificamos bien la contratación. Es cierto que lo intentamos, hacemos cierto trabajo interno de planificación en las organizaciones, pero sería recomendable ofrecer orientaciones a los órganos de contratación sobre cómo llevarla a cabo. La regulación actual es muy poco exigente al respecto. En esta mismo sentido, se expresaron los participantes en la encuesta informal que realizamos (ver gráfico más abajo). Por otro lado, la obligatoriedad de realizar una planificación presupuestaria puede servir de instrumento catalizador para planificar los contratos.

Fuente: Encuesta realizada a los asistentes a la jornada. Resultados sobre un total de 161 respuestas (84% de los inscritos)

  • La planificación de la contratación debería realizarse de forma integrada teniendo en cuenta toda la actividad de la organización. Las organizaciones del sector público que planifican su contratación tienen tendencia a hacerlo de forma separada. Es decir, frecuentemente, es una labor que realiza el departamento de contratación de forma autónoma olvidando a veces los objetivos de la organización y del sector público en la contratación pública.
  • Planificar no es un mero trámite. “Planificar” implica muchas otras actividades: supone anticipar, fijar los objetivos y las necesidades con claridad, definir las líneas de actuación -previo análisis de alternativas- para cumplirlas, hacer un seguimiento continuo y, por supuesto, realizar su evaluación final. Debe partir de una estrategia explícita, de un análisis profundo del mercado y de la fijación de indicadores para poder controlar la ejecución.
  • Debemos diferenciar entre la planificación estratégica (a más medio-largo plazo) y operativa (para el año en curso). En el sector público se otorga muy poca relevancia a la planificación estratégica. Probablemente es una consecuencia de la normativa de contratación pública, que ha añadido nuevos objetivos, lo que complica su cuantificación. También deberíamos tener en cuenta la inteligencia artificial en la gestión y evaluación de las licitaciones, en especial de aquellas con escaso contenido de innovación.
  • ¿Qué ventajas tiene buena planificación? Permite identificar los objetivos y necesidades reales de una organización, favorece la toma de decisiones, proporciona predictibilidad… pero sobre todo mejora la gestión si tenemos en cuenta la eficiencia. Su influencia es determinante en el resto de fases de la contratación pública. Evita problemas
  • ¿Podemos replicar prácticas del sector privado? Las diferencias con entre el sector público y privado son muy notables. El sector privado no puede permitirse el lujo de no ser eficiente, existen mecanismos disuasorios (rendir cuentas ante accionistas, despidos…) que no existen en el sector público. Los objetivos, la financiación o exigencias de actuación son muy distintos. Sin embargo, la técnica de la planificación está consolidada y la inteligencia de mercado o el análisis de escenarios a largo plazo son, de hecho, exportables, con adaptaciones, al sector público.
  • Debemos trabajar en un cambio de cultura. Quizás no sea tan conveniente una mayor regulación (existen muchas reglas y controles superpuestos muy poco efectivos). Una opción que se puede considerar es lograr un modelo basado en la competencia e integridad de los gestores (profesionalización), vinculado a que rindan cuentas de acuerdo con los resultados. La lista de sugerencias es larga: sopesar incentivos adecuados, reforzar el impulso político, replantear estructuras y organigramas, mejorar la coordinación administrativa, especialmente entre perfiles técnicos, presupuestarios y de contratación. En definitiva, se trata de un cambio cultural que debe permitir que los compradores cuenten con las competencias, habilidades y soporte adecuado (uso masivo de datos) y a los ciudadanos, impulsar y verificar el grado de eficiencia de sus gestores.
  • ¿Y en la compra de tecnologías de la información? Las diferencias entre el sector público y el privado son abismales. El sector público tiene menor flexibilidad y en la adquisición de bienes que incorporan un proceso de innovación, debe incentivar a que los licitadores ofrezcan información relevante (consultas de mercado) y realizar auténticos procesos de negociación.

Nuevos encuentros sobre contratación pública

Encuentro en la CNMC el 3 de diciembre.

Encuentro en la CNMC el 3 de diciembre.

Los ponentes coincidieron en que el intercambio de conocimiento y buenas prácticas entre diferentes sectores resulta esencial. Tomamos nota de los comentarios y para seguir planteando nuevos encuentros que estarán centrados en el resto de fases de la contratación pública.

Podéis acceder a las presentaciones de los ponentes aquí. Además, recordamos que en cuanto terminemos la edición del vídeo de la jornada lo colgaremos también en nuestra página web.

Aprovechamos para recordaros que tenemos abierta una consulta pública para participar en el cuestionario sobre planificación en la contratación pública. Está abierta hasta el día 20 de diciembre, aquí el link. Vuestras aportaciones son muy valiosas, por lo que os animamos a participar.

A todos vosotros, y a todos los ponentes y a los asistentes a la jornada, física o virtualmente, ¡muchas gracias por vuestra participación e interés!

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