La Inteligencia Artificial (IA) ha dejado de ser ciencia-ficción para convertirse en una realidad cada vez más presente en diferentes ámbitos de nuestra vida. ¿Cómo?

Por ejemplo, Watson, la IA de IBM ha entrado en juego España recientemente gracias a la empresa portuguesa Compta. ¿De qué manera? Se ha incorporado su software de detección, combate y predicción de incendios, llamado Bee2- FireDetection para luchar contra las llamas. ¿Cuál es su funcionamiento? Ayuda a predecir incendios y conocer la trayectoria de la propagación, estimando un porcentaje de riesgo, gracias a la introducción de datos, como la humedad relativa del aire, temperatura de la tierra y la dirección del viento.

Imagen cortesía de geralt en Pixabay

*** Escrito por Mara Martin Matilla

Esto solamente es un ejemplo de cómo la IA puede mejorar desde la eficiencia de los servicios (sanidad, administración pública, etc), la calidad de vida o incrementar la competitividad, desde el punto de vista productivo y empresarial.

Debido a la importancia de la IA y a su presencia en el ámbito empresarial, desde la CNMC nos interesa conocer los puntos de vista de expertos y profesionales en la materia. Así, en los próximos meses tendrá lugar un Espacio Compliance para tratar cómo cambiarán algunos roles empresariales, así como las implicaciones y nuevas formas de proceder que surgirán por el uso de esta tecnología.

¿Cuál ha sido su evolución en la esfera europea? ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? ¿Cómo se plantean el presente y el futuro? Intentamos responder (todavía) sin ayuda de ningún algoritmo.

¿Cómo se define la IA?

Existen diversos aspectos a tener en cuenta dentro de este término. La Comisión Europea, en el documento publicado a finales de abril de 2018: “Inteligencia artificial para Europa”,  recoge que la IA engloba a los sistemas que manifiestan un comportamiento inteligente, al ser capaces de de analizar su entorno y pasar a la acción –con cierto grado de autonomía– con el fin de alcanzar objetivos específicos.

Es decir, los sistemas basados en IA pueden ser un programa informático (asistentes de voz, programas de análisis de imágenes, motores de búsqueda, sistemas de reconocimiento facial y de voz). Si bien, pueden estar integrados en dispositivos de hardware (robots avanzados, automóviles autónomos, drones o aplicaciones del internet de las cosas).

Ya es (y seguirá siendo) un motor cambio a todos los niveles, desde la economía a gran escala, cambiando los modelos productivos y afectando a sectores más concretos como la industria, pasando por aspectos cotidianos, así como a nivel más técnico.

La UE pone el foco en la “confianza”

Si bien la Unión Europea sigue centrándose en aspectos más formales, cabe destacar un cierto cambio de enfoque, al centrarse en la fiabilidad y en la confianza.
En el mismo documento, pero para el año 2019 y titulado: “Generar confianza en la inteligencia artificial centrada en el ser humano”, se encuentran las líneas de acción más inmediatas y los requisitos para conseguir un uso y desarrollo fiable de esta tecnología: intervención y supervisión humanas; solidez y seguridad técnicas; privacidad y gestión de datos; transparencia, diversidad, no discriminación y equidad; bienestar social y medioambiental y rendición de cuentas.
Ya en diciembre de 2018 se publicó un borrador del plan coordinado en esta materia y con las directrices para una IA “confiable y fabricada en Europa”. En este sentido debería respetar las leyes aplicables, así como los principios y valores éticos, teniendo una base sólida a nivel técnico, todo ello en base al entorno social en el que se desarrolle.
Gracias a la apertura de una consulta pública, y a la contribución con más de 500 comentarios, los participantes acogieron positivamente la naturaleza práctica de las Directrices. Así, ofrecen una guía concreta para desarrolladores, implementadores y usuarios de IA sobre cómo garantizar la confianza en dicha tecnología.

“El futuro es hoy”

El pasado 30 de mayo, se celebró el II Encuentro de Inteligencia Artificial #AIlikeIT organizado por AMETIC. En él, Anna Armengol-Torio, economista y especialista en redes y tecnología, actualmente trabaja en la Comisión Europea como Experta Nacional en comisión de servicio (SNE, por sus siglas en inglés: Seconded National Expert), siendo también responsable de políticas, afirmó que “la IA ya actúa como motor disruptor del cambio”, e identificó tres aspectos esenciales para su desarrollo:

  • Aumentar la inversión: la CE ha propuesto 9.200 millones de euros en el Programa Digital Europeo para aumentar las capacidades digitales en Europa, incluyendo 2.500 millones para IA en los próximos 7 años. Además, entre 2018 y 2020 se han invertido 20.000 millones gracias a esfuerzos público-privados.
  • Adaptar y minimizar los impactos socioeconómicos: la automatización implica, entre otras cosas, la necesidad de profundizar en la formación basada en competencias digitales. Para ello, el Programa Plurianual de Presupuestos Comunitarios (2021-2027) destinará 700 millones para las relacionadas con IA. La inversión en investigación es clave, por lo que se seguirán destinando fondos a través del programa Horizonte Europa.
  • Poner al ser humano y a los valores (europeos) en el centro: el Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre IA (AI HLEG) formado por 52 profesionales de diferentes ámbitos (académico, empresarial y sociedad civil) trabajaron en este tema y publicaron las directrices éticas antes mencionadas.

¿Qué podemos esperar de cara a los próximos años?

En la actualidad, se ha puesto en marcha un proceso de pruebas para orientar en lo relativo a la aplicación de IA y comprobar la eficacia de las aplicaciones implementadas, detectando aspectos que necesiten una adaptación más concreta. Este proceso se extenderá desde el 26 de junio hasta el 1 de diciembre de 2019.

Los comentarios o feedback se recibirán a través de tres vías:

  • Encuesta o «análisis cuantitativo» a completar antes del 1 de diciembre de 2019
  • Entrevistas con varias organizaciones representativas para recopilar comentarios sobre diferentes sectores. El plazo finaliza este mes de agosto.
  • Posibilidad continua de publicar comentarios a través de la Alianza Europea de AI.

Con toda esta información, los expertos revisarán y actualizarán la versión previa de las directrices para proponer una nueva versión a la Comisión a principios de 2020. Por otro lado, está en marcha un informe sobre los retos que se plantean en el ámbito de la seguridad y la responsabilidad.

Una vez más, la cooperación e implicación de todas las partes será indispensable para continuar avanzando.

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