“Cualquier tecnología suficientemente avanzada es equivalente a la magia”. Así definió el escritor y científico británico Arthur C. Clarke, autor del libro que daría pie a una de las películas más taquilleras de la historia del cine, el potencial tecnológico de nuestra era.

Y es que la tecnología ha revolucionado las bases de nuestra civilización y ha transformado de forma extraordinaria nuestra estructura social, con las consiguientes implicaciones en nuestro modo de comunicarnos, trabajar, consumir e incluso divertirnos.

Imagen extraída de Flickr

Imagen extraída de Flickr

*** Escrito por Alberto Cuena Vilches

Sin embargo, la tecnología, por su naturaleza, estará siempre abocada a ser víctima de su propia gloria, pues la innovación y la reinvención son una constante en su ADN. Con motivo del 20 aniversario de la liberalización de las telecomunicaciones en España, desde la CNMC nos hemos puesto un poco nostálgicos y hemos querido conceder un pequeño espacio para el recuerdo a esos grandes olvidados de lo analógico que se vieron sobrepasados por el maremoto digital:

Servicios de telefonía

Cabinas de teléfono y guías telefónicas. Hubo un tiempo en el que su presencia se antojaba imprescindible. Una época en la que las cabinas eran la primera y última alternativa para quienes rehusaban utilizar el teléfono que a su disposición ponían los bares con carácter y las tabernas con solera. Fue en 1928 cuando la sala de fiestas Florida Park, antaño conocida como Viena Park, se convirtió en testigo de la instalación del primer teléfono público. Años después, los barrios más poblados de la ciudad presenciaron cómo las cabinas comenzaban a integrarse en el paisaje urbano. Hoy, convertidas casi en objeto de museo, su extinción se presenta como una realidad imparable.

Hace unos meses el entonces Ministerio de Energía, Turismo y Agenda digital anunció la propuesta de modificación del servicio universal de telecomunicaciones y, con ello, la supresión de la obligación de mantener  las cabinas y las guías de uso público. Desde entonces, su desaparición parece inminente, un reclamo tradicional, por otra parte, del operador dominante, Telefónica, por lo costoso de su mantenimiento. Desde la CNMC hemos hablado en numerosas ocasiones de la cuenta atrás para estos servicios de telefonía.

 

Foto por cortesía de Pixabay

Cabina telefónica en Madrid. Foto por cortesía de Pixabay

 

MMS o mensajes multimedia. Han experimentado una caída fulgurante en los últimos años hasta convertirse en un servicio de consumo prácticamente residual, a la sombra de las apps de mensajería instantánea. En los mensajes multimedia o MMS, que se estrenaron en el año 2006, los usuarios podían incluir no solo texto, sino también vídeo, imágenes y sonido. Sin embargo, hoy en día este servicio se ha visto absorbido por aplicaciones como WhatsApp o Telegram, en tanto que su uso se incluye como parte de los bonos de datos móviles de las tarifas de los operadores, y no con un coste independiente.

 

Fuente: CNMC DATA

Fuente: CNMC DATA

 

Tal y como podemos constatar en el gráfico, el uso de mensajes MMS se ha contraído drásticamente en los últimos años. De hecho, el volumen en 2016 se situó en 18,7 millones, cifra que supuso una caída de su demanda de más del 23% respecto al 2015. Así las cosas, si la red de telefonía en España dispone actualmente de casi 53 millones de líneas móviles, estos datos revelarían que menos de un tercio de la población emplea ya este tipo de mensajes.

Adiós al roaming. El roaming, el recargo telefónico que cobran las operadoras por usar el móvil en el extranjero, dejó de aplicarse a los ciudadanos de los Estados miembros de la UE el pasado 15 de junio. La llegada del fin del sobrecoste por itinerancia en el espacio comunitario se produjo tras un largo y complicado proceso de negociación que ha durado casi diez años y que ha llevado a rebajar el coste de las llamadas u otras comunicaciones móviles hasta en casi un 90% desde 2007. Mucho se ha abundado en el impacto real que la nueva normativa europea tendrá en el negocio de las telecos, así como en los consumidores, así que la Comisión Europea reevaluará la situación transcurridos dos años de la implantación del reglamento. Sobre la pelea constante acerca del importe de las llamadas internacionales, tirando de hemeroteca, encontramos artículos de un lejano ya 1997 que, en España, rememoran las batallas entre Gobierno y Telefónica por aquel entonces.

Imagen, audio y vídeo

Cámaras analógicas y rollo fotográfico. ¿Quién no ha tenido entre sus manos la clásica Polaroid? Objeto de culto entre los amantes de lo vintage, hoy las cámaras digitales y la revolución del smartphone han capitalizado la industria. De los 35 mm de película y un limitado universo icónico de entre 20 y 25 fotos, hemos evolucionado a una tarjeta de memoria con capacidad para miles de imágenes. De hecho, el cambio fue tan radical que la compañía Polaroid ya no fabrica rollos fotográficos, mientras que Kodak, pionera en el sector, quedó en la quiebra el 17 de enero de 2012.

 

Foto cedida por Pixabay

Cámara analógica. Foto cedida por Pixabay

 

Cassette, Walkman y Discman. El cassette fue uno de los métodos más empleados para oír las canciones de las décadas de los 80 y los 90. Consistía en una cinta magnética que giraba de un carrete a otro. No era lo mismo escuchar música en casa que en la calle; de ahí que primero nacieran los walkmans, como reproductores portátiles de las cintas de cassette y, después, los discmans (para los CDs). No duraron mucho, ya que gastaban una barbaridad de pilas y eran muy incómodos de transportar. Productos como el MP3, MP4 e iPod no tardaron en llegar, reducir el tamaño, aumentar la capacidad y optimizar la ubicuidad de los dispositivos.

 

Modelo de Walkman. Foto cedida por Unsplash

Modelo de Walkman. Foto cedida por Unsplash

VHS, DVD y BLUE-RAY. Comercializada por Panasonic, la cinta de vídeo o VHS supuso una revolución que experimentó su época dorada durante la década de los 90, pues además de películas, el soporte permitía grabar la television y reproducir en diferido todo lo que se emitía. Muchos video clubs de la época “se hicieron de oro” con las multas a sus clientes por no entregar las cintas rebobinadas. Su anatomía pronto quedó obsoleta y sería sustituido por los reproductores de DVD y Blu-Ray.

 

Foto extraída de Pixabay

VHS. Foto extraída de Pixabay

 

El advenimiento de Internet y la ingente oferta audiovisual actual, derivada de los catálogos de los paquetes convergentes de los operadores (Movistar+, Orange y Vodafone TV), y de las plataformas de vídeo bajo demanda (Netflix, HBO, Amazon Prime Video, Sky…), gobierna la mayor parte de la cuota de mercado y refleja una evolución y transformación extraordinarias, no solo en el formato, sino también en los modos de consumo.

Soportes de almacenamiento

Disquetes y CDs. Creados en 1969, los disquetes marcaron los prolegúmenos del almacenamiento en los sistemas de computación. Cuadrados y estrechos, eran lentos y con poca capacidad (solo 1,44 MB), lo que obligaba a que los archivos se tuvieran que repartir en dos y hasta cinco unidades. El CD, por su parte, además de su contribución indiscutible en el campo musical, como formato de almacenamiento supuso una revolución, pues aumentaba la capacidad de los anteriores dispositivos y permitía la creación de archivos de datos e incluso el almacenamiento de vídeos.

Ambos formatos se vieron sobrepasados, sin embargo, por los sistemas de almacenamiento digitales y y los servicios de cloud computing.

 

Una selección de disquetes. Foto extraída de Pixabay

 

Y poco a poco… las servicios de telecomunicaciones y los productos tecnológicos se fueron desarrollando. Lo que aquí se publica es tan solo una pequeña selección de lo analógico para despertar del letargo los recuerdos de las mentes dormidas. La lista de “objetos perdidos” en el camino se revela, sin embargo, mucho más extensa: el fax, el busca, la máquina de escribir, el teléfono con disco y un largo etcétera.

De esto y de mucho más hablaremos mañana en la sede de la CNMC, donde mantendremos un encuentro sobre telecomunicaciones y haremos un balance de las dos últimas décadas, examinando los retos regulatorios para garantizar el éxito de la revolución tecnológica que ya estamos viviendo. No faltéis a la cita…

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