Pese a su enorme relevancia para el comercio internacional de mercancías y el transporte de pasajeros en ciertas rutas, los puertos son, en general, unos grandes desconocidos. Hoy os explicamos las claves sobre su funcionamiento y por qué son tan interesantes desde el punto de vista de la competencia. Recordad que hace unas semanas publicamos sendos estudios sobre los servicios portuarios en España.

El funcionamiento interno de los puertos es complejo y puede diferir mucho de unos a otros. Sin embargo, todos comparten ciertas características y una idea básica que los define: ser parte de una cadena.
Los puertos en la cadena de transporte
Los puertos son un eslabón de una cadena mucho mayor: la cadena logística de transporte. Esta es una sucesión de etapas y medios de transporte para mover bienes entre dos puntos del planeta.
Típicamente, los puertos conectan el transporte marítimo y el terrestre, pero un puerto puede convertirse en un cuello de botella en las cadenas logísticas cuando resulta difícil sustituirlo por otro. Se genera así una posible fuente de poder de mercado para quienes prestan los servicios allí.
Los puertos como cadena de servicios
Al mismo tiempo, su funcionamiento interno es una cadena de servicios o actividades que posibilitan el tránsito de mercancías y personas. Desde que el barco de carga o de pasajeros se aproxima al muelle hasta que lo abandona, vemos una sucesión de servicios prestados tanto al barco como a las mercancías o pasajeros. Para la entrada y atraque típicos de un buque tenemos los siguientes:
- Servicios técnico-náuticos (el practicaje, el remolque y el amarre), que permiten al buque entrar y atracar en el muelle con seguridad;
- Servicios de manipulación de mercancías (la “estiba”) o los servicios al pasaje, que se realizan tras haber atracado con seguridad, y son aquellas operaciones para las que el buque hace escala en el puerto: el movimiento de bienes o personas.
- Además, mientras el barco permanece atracado en el puerto se pueden prestar los servicios de recepción de desechos (MARPOL, marine pollution, en inglés) y suministro de combustible (bunkering en inglés).
Para el desatraque y salida del puerto, el orden de las operaciones es el desamarre, la prestación simultánea del practicaje y, en su caso, del remolque de salida.
El orden en que se prestan los servicios es importante. Por ejemplo, no puede prestarse el servicio de manipulación de mercancías si el barco no está debidamente atracado en un muelle, para lo cual se habrán necesitado los servicios técnico-náuticos.
Regulación y competencia
Esta cadena de servicios debe funcionar con mucha coordinación y sincronización. Incidencias, retrasos o interrupciones afectarán negativamente a los servicios que se prestan a posteriori, pudiendo incluso paralizar parte de la actividad portuaria. Esto refuerza el poder de mercado de los operadores que prestan servicios portuarios.
Conviene recordar que todas estas actividades se producen en un espacio físico relativamente escaso, de modo que el número de operadores que pueden prestar un mismo servicio simultáneamente en el mismo puerto puede estar limitado. Por ello, el uso u ocupación de ese espacio (denominado dominio público portuario) otorga ventaja a un operador sobre potenciales competidores.
En próximas entradas os contaremos las propuestas de la CNMC para mejorar la regulación y la competencia de los servicios prestados a los buques y a lo transportado por ellos.
¿Te interesa el mundo de los puertos?
Seguro que esta información te gusta:
Nuestra nota de prensa y nuestros dos estudios completos: volumen I (sobre servicios prestados a los buques) y volumen II (sobre servicios prestados a las mercancías y pasajeros).
Desencallar los puertos (I): ¿Cómo mejorar los servicios portuarios en España?
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