27 de mayo de 2025. Hoy se completa en España el proceso de cierre de las centrales de cobre. Se apagan las últimas (661 centrales, distribuidas por toda la geografía) y con ellas se despide una infraestructura que fue esencial para la telefonía fija durante más de un siglo y para el acceso a internet durante décadas.
La red de cobre de Telefónica, que había llegado a contar con más de 8.500 centrales activas, ha sido sustituida progresivamente por la fibra óptica, una tecnología más rápida, eficiente y sostenible, desplegada no solo por Telefónica, sino también por otros operadores alternativos. El proceso ha sido largo, complejo y ha requerido una estrecha coordinación. Te contamos cómo ha sido esta transición.
Un proceso que comenzó hace más de una década
Aunque el cierre final se produce hoy, el proceso comenzó hace muchos años. En 2009, la CNMC (entonces CMT) aprobó el análisis de mercados mayoristas de banda ancha, en el que ya entonces se hablaba de despliegue NGA (por ejemplo, comenzó ahí la regulación del acceso a los conductos, con la oferta MARCo), y por eso se fijaban las condiciones para que Telefónica pudiera cerrar sus centrales de cobre. Era algo que parecía lejano aún, ya que 2009 acabó con solo unos cientos de miles de hogares en cobertura de fibra, pero se sentaron las bases del proceso.
El primer paso visible se dio en 2014, cuando Telefónica comunicó el cierre de las dos primeras centrales: Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y Torrelodones (Madrid). Te lo contábamos en el blog. Eran aún pruebas, primeras experiencias.
Desde entonces, el proceso se fue intensificando progresivamente, a medida que Telefónica iba comunicando el cierre de más y más centrales, que la CNMC publicaba en su web. La CNMC actualizó sus procedimientos en 2016 y luego en 2021 para poder supervisar más eficientemente los cierres y mejorar el proceso, con ligeros retoques a la normativa de 2009.
Cifras clave del apagón del cobre
El cierre de centrales no se ha producido de la noche a la mañana. Aquí van en forma de imagen algunos hitos destacados:
¿Por qué se ha cerrado la red de cobre?
El motivo principal es tecnológico: la fibra óptica es más rápida, estable, los equipos consumen menos energía y requiere menos mantenimiento. Además, el mantenimiento de una red de cobre envejecida, en paralelo a la nueva red de fibra, y cada vez menos utilizada resultaba costoso e ineficiente. Es un proceso que también ocurre en otros países de Europa, si bien a diferentes velocidades. Estamos entre los primeros en cerrar el cobre, ya que estamos también en cabeza en despliegue de fibra óptica.
La CNMC ha supervisado todo el proceso para asegurar que los operadores alternativos que utilizaban los servicios mayoristas de cobre tuvieran tiempo suficiente para adaptarse. En julio de 2023, publicó un informe resumiendo el estado de cierre de las centrales de cobre (INF/DTSA/334/23).
Más allá del cobre: la importancia de la regulación
La desaparición de la red de cobre es un ejemplo claro de cómo una transición tecnológica puede planificarse y ejecutarse de forma ordenada, protegiendo tanto a los usuarios como a los operadores del mercado.
Desde la CNMC, hemos velado para que los cierres se realicen con las debidas garantías, de manera transparente, siguiendo los procedimientos establecidos y respetando los derechos de los operadores afectados. Y, por supuesto, para asegurar que los ciudadanos no vean afectado su acceso a servicios de comunicaciones electrónicas, que ahora es a través de la fibra óptica, los accesos fijos inalámbricos o, en algunos casos, satélite.
¿Cuánto durará la nueva red de fibra óptica?
Si quieres saber más, en el Blog hemos escrito bastante del tema
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