El comercio electrónico goza de muy buena salud: en nuestro país creció un 27% en el segundo trimestre de 2015; hoy en el blog queremos analizar el impacto que está teniendo y tendrá en el futuro en nuestras vidas.
*** Escrito por Alberto Esteban
La acometida del comercio electrónico no es casual, está estrechamente ligada a la globalización de Internet, hasta tal punto que cualquier persona con acceso a banda ancha puede comprar cualquier producto de cualquier parte del mundo.
La sociedad avanza y al igual que esta, lo hacen las diferentes costumbres de las personas para encarar su particular actividad social. El comercio, algo puramente tradicional, no ha sido menos y las nuevas tecnologías e Internet han hecho que el concepto que teníamos sobre él haya cambiado y vaya cambiando aún más.
Desde la CNMC ya se ha señalado que el e-commerce en España ha crecido un 27% (en tasa interanual) en el segundo trimestre de 2015, último trimestre del que se tienen datos, y ha alcanzado una facturación trimestral de 4.945,9 millones. Esto supone el décimo trimestre en el que la facturación del sector crece, lo que implica más de dos años de crecimiento. Además el número de transacciones ha crecido hasta los 70 millones, la cifra más alta recogida hasta el momento.
Desde principios de 2013 el sector no ha parado de crecer, el primer trimestre de aquel año supuso una facturación de 2.822,6 millones de euros. Hoy, con los últimos datos que se disponen, esa facturación se ha disparado hasta un 71,5%.
A pesar de la desconfianza, precaución, cautela, o como lo quieran llamar, de los españoles a la hora de pagar algo vía online, parece que este tipo de práctica cada vez genera menos rechazo y se está volviendo un habitual en nuestras vidas.
El 42% de españoles compraron un bien o servicio por Internet en 2015, lo que supone casi el doble de personas que hace cinco años. Aun así, nos situamos muy por debajo de la media europea del 53%, y aún más lejos de grandes potencias como Reino Unido (81%) o Alemania (73%).
Asimismo, el empleo en el sector crecerá en torno a entre un 15% y un 20%. La Comisión Europea estima que por cada empleo destruido en el comercio tradicional, se generan 2,6 empleos en el online. Esto se debe a las expectativas de alto crecimiento del comercio electrónico y a la creciente facturación de las industrias ligadas al sector.
Además el mercado online abarca una gran cantidad de campos y hoy día casi todos los sectores tienen contacto con el comercio electrónico. En este sentido, el perfil de los profesionales que se demandarán tendrá una amplia dispersión, desde conductores o carretilleros, hasta desarrolladores web o desarrolladores de aplicaciones. Igualmente, la velocidad con la que crece el comercio electrónico y la complejidad de las operaciones que se llevan a cabo en él, han hecho que aparezcan figuras más especializadas como la de E-commerce Manager (creador de estrategias online) o Growth Hacker (captador de usuarios).
Con esto, todo parece apuntar a que durante el 2016 las ventas y la facturación seguirán creciendo al mismo ritmo. Sin embargo, mientras este sector crece, una rama del mismo emerge, si cabe, más rápidamente. Se trata del m-commerce o el comercio a través del móvil, pero esto lo dejaremos para más adelante.
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