Recientemente, la CNMC y la CRE (Commission de régulation de l´énergie) han acordado el reparto de los costes del nuevo cable eléctrico que unirá Gatica en España con Cubnezais en Francia. Este proyecto es muy importante porque mejorará sustancialmente la interconexión eléctrica entre España y Francia, a través de una ruta submarina que abarca unos 370 kilómetros. Las negociaciones para su aprobación han sido capitaneadas por ambos reguladores, según la normativa europea.

¿Desplegando cable submarino? Foto cortesía de Pixbay

Hay que recordar que España, dada su situación geográfica con respecto al resto de Europa, al igual que Portugal, se considera casi una «isla energética». Es decir, somos territorios que adolecemos de falta de conexiones para recibir y enviar energía a nuestros vecinos. Consecuentemente, estamos menos integrados que otros países en el «Mercado Interior de la Electricidad»,  una de las grandes aspiraciones de la Comisión Europea. 

Este proyecto también permitirá aumentar la seguridad de suministro de nuestro sistema eléctrico y permitir una mayor integración de las energías renovables que se instalen en nuestro país. La nueva línea duplicará prácticamente la capacidad de interconexión entre España y Francia, que pasará de 2,8 GW (Gigavatios) a 5 GW.

En los últimos años se han llevado a cabo otras iniciativas para mejorar las conexiones, por ejemplo, con la entrada en funcionamiento de la línea entre Baixas y Santa-Llogaia en 2015 y del transformador de Arkale en 2017.

Despliegue submarino muy complicado por Capbreton

El proyecto del Golfo de Vizcaya consiste en la construcción de dos enlaces independientes de corriente continua, cada uno de ellos con 1000 MW, entre Cubnezais (FR) y Gatica (ES).  Aproximadamente, del total de los 370 km de ruta proyectada, el 70% corresponde a territorio francés y el 30% a territorio español.

Las características geológicas del cañón submarino de Capbreton , una de las zonas por las que transcurrirá el cable, hacen que esta parte del trazado sea uno de los mayores desafíos para su despliegue. De hecho, los estudios han concluido que la erosión y la sedimentación del cañón marino impiden que el cable discurra directamente sobre éste.

De esta forma, a raíz de investigaciones geofísicas y geotécnicas posteriores, se ha decidido que hacer una perforación marina subterránea por debajo del cañón es lo más conveniente. Se trata de todo un reto tecnológico y que encarece el proyecto con respecto a despliegues más convencionales.

El coste y financiación del cable Golfo de Vizcaya

Los 1.750 millones de euros del coste estimado se repartirán entre los TSO (operadores de transmisión del sistema) de España y Francia, es decir, entre Red Eléctrica Española (REE)  y Réseau de Transport d’Electricité (RTE). De este coste, 559 millones de euros corresponden a instalaciones situadas en zona española y 1.191 millones de euros a instalaciones en zona francesa.

Fuente: CNMC/CRE

Debido a las características del proyecto,  que contribuirá a la consecución de los objetivos marcados por la Comisión Europea en materia de energía, la CNMC y CRE consideran que el proyecto debe beneficiarse de una subvención a través de los instrumentos previstos en la normativa europea (CEF)   de 700 millones de euros, el 40% del coste total estimado. 

Reparto entre Francia y España

La decisión sobre el reparto de los costes entre ambos países se ha basado en la evaluación llevada a cabo por la CNMC y CRE a partir de la información presentada por los promotores del proyecto: RTE y REE. Esta decisión se ha llevado a cabo, teniendo en cuenta los beneficios económicos esperados para cada país y la ayuda financiera de la Unión Europea.

En definitiva, partiendo de un reparto entre los operadores de red (REE y RTE) de 50/50 de los costes de inversión, ambos países aportarán 875 millones de euros al proyecto.

La CNMC y su homólogo francés (CRE) han acordado que la ayuda financiera de la UE debería asignarse para que el VPN (valor presente neto) del proyecto para Francia sea neutro. De esta forma, 350 millones de euros deberían ser asignados a RTE (Francia). Si la financiación del CEF es menor de 350 millones de euros, la CNMC y la CRE acordarán una revisión de la distribución de costes, garantizándose, en cualquier caso, la rápida puesta en marcha del proyecto del Golfo de Vizcaya.

Todos los detalles del acuerdo, se pueden consultar en la página web de la CNMC: «Decisión sobre la distribución transfronteriza de costes del proyecto de interconexión en el Golfo de Vizcaya»

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