La cultura Compliance como justificación para la defensa de la competencia en el sector público y privado. Bajo este pretexto se desarrolló la VI Jornada de los “Diálogos de Compliance” de la CNMC y que organiza el último miércoles de cada mes junto a la Asociación Española de Compliance (ASCOM). En esta ocasión el evento tuvo lugar el pasado miércoles 31 de mayo con el título “La eficacia de los programas de compliance en la política de defensa de la competencia”.

Fuente: Pixabay.

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*** Escrito por Rubén Samaniego Sánchez

Los programas de compliance son perfectamente aplicables al sector público. Hay que hacer las cosas por principio y no por miedo a la sanción”, señaló Julia Suderow, abogada especialista en Derecho de la Competencia y socia fundadora de 3CCompliance. Según Suderow la existencia de los programas de Compliance están para realizar una labor de prevención, de evitar el daño. “En ellos se establecen los mecanismos eficaces de actuación que ya existen en el sector privado para trasladarlos al sector público”, aseguró.

Sin embargo, y en boca de Esperanza Hernández Cuadra, Compliance Officer y ex subdirectora de Cumplimiento Normativo y Transparencia de Metro de Madrid, en ocasiones la normativa en la que se ven inmersas las empresas públicas no les deja mucho margen de maniobra: “En la pública tienes que cumplir con la ley de contratos y a eso a veces no da mucho margen a las empresas”, en clara referencia a cuando a veces se elige la oferta más económica sin ser la mejor.

Y en este apartado dedicado a la defensa de la competencia en el sector público, José Antonio  Rodríguez Míguez, director de Investigación del Consello Galego da Competencia sentenció: “Cuando la norma se aleja del sentido común algo falla. La clave es la capacidad de decisión, la frontera donde uno se puede columpiar”.

En la VI Jornada de Diálogos de Compliance, moderada por la periodista Ana Samboal, hubo tiempo para dialogar sobre la efectividad de estos programas, pero reinó la idea de que lo importante no es tener un buen programa, sino ponerlo en práctica. “Se están haciendo compliance estéticos. Un buen programa no es un montón de papeles para presentar a un regulador, como puede ser la CNMC, o a un juez. La clave está en realizar un buen análisis de los riesgos, analizarlos y evaluarlos”, aseguró Esperanza Hernández. Y añadió: “el objetivo último no es sólo no ser sancionado, sino que no se produzcan conductas contrarias a la libre competencia”.

En este sentido, Julia Suderow señaló que se trata de un cambio cultural: “La cultura de cumplimiento bien implantada y el análisis bien hecho se deberá trasladar a todas las áreas de la empresa con el fin de promover el cumplimiento”. Y ahí recordó que muchas solicitudes de clemencia en las que empresas han reconocido que formaban parte de un cartel han nacido de auditorías internas que forman parte de un programa de compliance. Y añadió: “Hay una oportunidad para la CNMC para promover una cultura de cumplimiento desde el punto de vista de la Competencia que no debe desaprovecharse”.

Finalmente, y en la misma línea, los tres ponentes coincidieron en la necesidad de elaborar una Guía con recomendaciones o códigos de conducta a lo que Rodríguez Míguez apeló a la idea de que “tiene que haber una conciencia de que prevenir es siempre mejor que curar. Hay que buscar que haya guías, sería un paso importante”.

Desde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) venimos desarrollando, en colaboración con la Asociación Española de Compliance (ASCOM) una serie de coloquios el último miércoles de cada con la intención de trasladar al ámbito público las mejores prácticas en materia de buen gobierno y cumplimiento normativo.

Si quieres echar un vistazo a otras Jornadas de Compliance puedes hacerlo en este link.

Si queréis ver todo lo que se dijo en la Jornada puedes verlo en este vídeo:

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