El autobús es uno de los modos de transporte más populares de España: uno de cada dos usuarios de transporte público escoge el autobús para sus trayectos interurbanos por el país. Gracias a ellos, se conectan núcleos urbanos situados en distintos puntos del territorio nacional. El autobús es, junto al vehículo privado, uno de los medios de transporte más utilizados en lo que conocemos como la España vaciada

Luz sobre los problemas del sector del autobús interurbano. Foto en Pexels

El autobús es, además, especialmente importante para los ciudadanos con niveles de renta reducidos y sin acceso a vehículos privados. Además, es la única alternativa de transporte público en un gran número de localidades. Todo ello lo convierte en una importante herramienta de cohesión social y territorial.

Seguramente recordarás que la CNMC ha publicado recientemente un estudio (aquí la nota de prensa) sobre el sector del transporte interurbano de viajeros en autobús en España, en el que analizamos el sector y su regulación, y valoramos los posibles retos y obstáculos para mejorar la competencia.

Te recordamos todo esto porque el próximo 14 de noviembre organizaremos el acto «La mejora del funcionamiento del transporte interurbano de viajeros en autobús”, en el que diversas autoridades, expertos y profesionales nos ofrecerán sus reflexiones sobre la reforma de la regulación del sector. Se puede seguir online registrándote en el siguiente enlace. ¡No te lo pierdas!

La presidenta de la CNMC, Cani Fernández, inaugurará la jornada, y cerrará el acto Isabel Pardo de Vera, Secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

El programa completo está aquí.

¿Qué problemas detectamos en el sector?

La regulación se basa en un sistema concesional, así que:

  • Solo la administración pública (estatal o autonómica) puede establecer una ruta de transporte regular (esto es, un operador no puede establecer por su cuenta un servicio de transporte entre dos ciudades o pueblos aunque este no exista).
  • Todas las rutas se prestan en régimen de monopolio concesionado por la Administración a través de una licitación que se repite periódicamente (como máximo, cada 15 años).

En este sistema, la competencia entre empresas se produce únicamente en el momento en que se convocan las licitaciones. Al competir por obtener la concesión, las empresas ofrecen mejoras técnicas, de calidad, de frecuencias, de precios de los billetes, de cánones… Por eso, es importante que se celebren regularmente. Por otro lado, las licitaciones solo aportan beneficios si las empresas concurren “en igualdad de armas”: cuando la empresa incumbente cuenta con ventaja (mejores datos, por ejemplo), la competencia y la licitación se resienten. Además, cada concesión suele agrupar rutas rentables con otras que no lo son (las que tienen menos ocupación). El concesionario utiliza los beneficios de las primeras para cubrir las pérdidas de las segundas, al menos parcialmente.

El análisis realizado por la CNMC sugiere que el sistema concesional español vigente tiene margen de mejora desde el punto de vista de la competencia y la regulación económica eficiente:

  • Cuando se licitan las concesiones, las administraciones públicas optan por acogerse a los plazos máximos y por agotar todas las prórrogas: la duración de las concesiones y de las prórrogas se fija en el máximo permitido por la normativa, sin tener en cuenta las inversiones realizadas y el plazo necesario para amortizarlas.
  • Muchos títulos están caducados, y no se licitan: en muchos casos tampoco se celebran licitaciones para renovar los títulos caducados, por lo que no se actualizan las frecuencias, las tarifas, o las flotas.
  • Falta de competencia en los concursos: algunas de las condiciones de los pliegos de licitación limitan la competencia en los concursos, dificultando la presentación de ofertas a los operadores de menor tamaño, y facilitando la renovación de la concesión por el operador anterior.
  • Limitaciones propias del sistema: el propio sistema concesional genera ventajas para los concesionarios iniciales frente a otros licitadores (por ejemplo, tienen mejor información sobre la rentabilidad de las rutas), incentiva la conflictividad judicial cuando se convocan concursos, e impide la actualización de la oferta de transporte ante cambios en la demanda.

¿Qué proponemos desde la CNMC?

  • Liberalizar los servicios de transporte de viajeros en autobús para distancias superiores a 100 kilómetros, en línea con una propuesta para la UE de la Comisión Europea. Esta medida ha beneficiado a los usuarios en otros países europeos que la han adoptado (Alemania, Italia, Francia o Portugal han liberalizado el transporte en autobús de media y larga distancia), en forma de menores precios, mayores frecuencias y calidad del servicio y mejor conectividad.
  • Mejorar la competencia y la gestión de las concesiones que se mantengan, de la siguiente manera:
    • Mejorando el diseño de los pliegos de licitación, para eliminar barreras a la competencia.
    • Licitando las concesiones caducadas conforme a un calendario establecido, y reservando las prórrogas para situaciones excepcionales.
    • Mitigando las ineficiencias propias del sistema concesional. Por ejemplo, reforzando las obligaciones de transparencia de los concesionarios, fortaleciendo la cooperación entre las administraciones públicas, o reduciendo las restricciones a la operación de servicios conexos, como los turísticos o especiales.

Para más información…

La CNMC analiza las concesiones de los autobuses interurbanos

El transporte de la España vaciada

El transporte de la España vaciada (y II)

Podcast: Autobús interurbano, el transporte de la España vaciada

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