Cuando los problemas se repiten pueden dejar de ser noticia. Sin embargo, no dejan de estar ahí. Este es el caso de la última desavenencia en el suministro de gas procedente de Rusia a Ucrania, que aunque tuvo lugar el pasado verano y parece estar resuelta, nos recuerda la necesidad de analizar la seguridad del suministro de gas en Europa y poder extraer conclusiones al efecto.

Partidas de ajedrez y distintos jugadores. Foto tomada de Flickr, cortesía de Marco Sacchi

Partidas de ajedrez y distintos jugadores. Foto tomada de Flickr, cortesía de Marco Sacchi

A comienzos del mes de julio de 2015, la empresa Gazprom anunció la interrupción del suministro de gas natural ruso a Ucrania por desacuerdos en los precios del gas. No es la primera vez que ocurre. Pero el tiempo cambia las situaciones. En los primeros conflictos la dependencia ucraniana del gas ruso era mayor que ahora. Sin embargo, ahora, las desavenencias políticas entre las dos naciones son más acusadas.
Para entender mejor, desde el punto de vista energético, la relevancia que tienen los dos países en el suministro de gas natural a Europa, a continuación se muestran los números más representativos del gas natural en la Unión Europea.

En Europa son tres los países que abastecen la mayor parte del gas natural importado: Rusia, Noruega y Argelia.

En números redondos, en 2013 el consumo de gas europeo (UE-28) fue de 5.000 TWh. Rusia fue el principal proveedor de gas externo a la Unión con 1.300 TWh. Esto es, el 26% del gas consumido en Europa vino de allí. Noruega tuvo niveles de aportación parecidos: 1.000 TWh; seguido a mayor distancia de Argelia con 400 TWh. La producción propia de gas natural en la UE-20 fue de 1.700 TWh.

En definitiva, es relevante la dependencia de Europa a la aportación del gas ruso; al final, la cuarta parte de su consumo proviene de allí.

¿Qué países dependen más del gas ruso?

Aun así, la dependencia de los países miembros de la Unión de la importación de gas natural proveniente de Rusia no está distribuida de manera uniforme. La variabilidad es enorme. Desde el 100% de dependencia de Finlandia, Estonia, Letonia o Lituania, hasta el 0% de España o el Reino Unido. Entre medias se halla el resto de países. (Por su relevancia en cuanto a volumen, cabe citar a Alemania y Polonia que abastecen la mitad de su consumo de gas ruso; Italia, un tercio; y Francia casi un 20%).

También otros países próximos presentan un elevado grado de dependencia; tal es el caso de Chequia, Eslovaquia o Bulgaria y Rumanía (aunque este último presenta una elevada producción propia de gas natural).

Los gasoductos que recorren Ucrania

Esto es, cuanto mayor es la proximidad geográfica mayor es la importación del gas ruso. Basta mirar las infraestructuras de transporte de gas europeas por gasoducto para corroborar cualitativamente esta afirmación.
Además, de un simple vistazo al mapa se infiere que buena parte de los gasoductos que conectan Rusia con el centro de Europa tienen a Ucrania como país de tránsito.

En este punto, es necesario hacer un paréntesis y explicar algunas cosas…

¿Cómo se transporta el gas natural?

El transporte de gas natural se realiza principalmente por gasoducto. No obstante, también puede realizarse por buques de transporte de gas natural licuado (GNL), también llamados metaneros. Ello requiere unas instalaciones de descarga y regasificación para introducir el gas en la red de gasoductos.

El abastecimiento de GNL en Europa varía dependiendo de su precio. En 2013 se situó en 447 TWh; esto es, un 9% del consumo de gas de la Unión.

La diversidad de países suministradores de GNL, con 19 países productores, y la globalidad de su mercado, con 30 países posibles importadores del mismo, hacen que sea una forma de abastecimiento apreciada por aquellos países excesivamente dependientes de una fuente de suministro. El GNL significa diversificación.

Las regasificadoras en Europa

 

La mayor parte de las instalaciones de plantas de regasificación de GNL se encuentran en el suroeste europeo. Sin embargo, nuevas inversiones han aparecido en los países costeros del norte y este de Europa. Tal es el caso de Lituania (FSRU Independence), o de la planta en construcción de Polonia (Swinoujscie LNG Terminal). Estas nuevas entradas a la red de gasoductos europea incrementarán la seguridad de suministro en la región al aumentar la diversificación del origen del gas. (En este sentido, en la región báltica, en enero de 2015 los ministros responsables de energía de Estonia, Letonia y Lituania firmaron una declaración en la que se comprometían a mejorar su seguridad de suministro estableciendo un grupo regional de coordinación del mercado de gas).

Otras infraestructuras relevantes desde el punto de vista de la seguridad del suministro son los almacenamientos subterráneos de gas. Su gestión suele ser estacional. Esto es, se almacena gas en verano, cuando el consumo es menor, y se retira gas en invierno, cuando la demanda es más alta. Por consiguiente, deben estar llenos a comienzos del período crítico de demanda invernal.

Situación actual del aprovisionamiento Rusia-Ucrania

Volviendo ahora a la situación actual del aprovisionamiento de gas procedente de Rusia a Ucrania, a comienzos de julio de 2015 se anunció la suspensión del acuerdo entre Moscú y Kiev de suministro de gas a Ucrania por discrepancias en los plazos y precios del suministro de gas. Independientemente de ello, el gigante energético ruso Gazprom aseguró la continuidad del suministro a los países de la Unión.

Los conflictos derivados de la posición estratégica de Ucrania como país de tránsito del gas ruso a la UE han supuesto, por su gravedad, numerosos quebraderos de cabeza a la Comisión Europea y a los estados miembros de la Unión.

Sin embargo, la situación ha ido cambiando con respecto a las crisis de suministro vividas anteriormente. Las soluciones que se han ido encontrando, os las contaremos en un próximo post.

Leer la Parte II

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