La Recomendación de la Comisión Europea sobre redes de nueva generación se ha topado con la frialdad de los operadores a pesar de que la comisaria Kroes les aseguró que era compatible con “atractivos beneficios”. Las principales compañías de telecomunicaciones europeas ya han anunciado que la obligación de alquilar sus nuevas redes de fibra a sus competidores podría llevar a frenar su inversión.

Reuniones familiares, ahora por videoconferencia. Foto cortesía de SuziJane

Reuniones familiares, ahora por videoconferencia. Foto cortesía de SuziJane

El principal ejecutivo de France Telecom no está “totalmente cómodo” con la Recomendación de Bruselas. Desde Telecom Italia temen acabar convertidos en una “dumb pipe” con poco valor añadido. El presidente de Portugal Telecom cree que la propuesta “no es el equilibrio adecuado. Hay que hacer más trabajo para asegurarse que la industria no acaba en ‘modo supervivencia’”.

En EEUU están siguiendo atentos el debate europeo. Allí la FCC podría empezar a regular la banda ancha y obligar a ofrecer un acceso mayorista a las redes de fibra óptica. Dan O’Connell, nuevo presidente del FTTH Council de Norteamérica y procedente de Verizon, cree que obligar a alquilar las redes de fibra ha “virtualmente paralizado” la inversión “y eso es algo que queremos evitar en EEUU. Mi experiencia personal ha sido que períodos prolongados de incertidumbre significan que no voy a gastar dinero”.

En Europa, para que la inversión en fibra salga rentable y se acelere la contratación los analistas creen que hay que ofrecer servicios como el video chat de alta calidad, que podrá ser usado para las comunicaciones de los miembros de una familia o por los teletrabajadores.

“La mayoría de los actuales servicios sobre fibra están orientados a geeks. Hay que atraer a las abuelas, así es como se consiguen altos niveles de contrataciones. Y si las telecos no se posicionan en este espacio, otros lo harán”, afirma el analista Benoît Felten, de Yankee Group.

La Comisión Europea confía en la inversión pública

Visto el panorama y la necesaria colaboración del sector público para desplegar fibra (hasta 270.000 millones de euros, según los cálculos de la CE), la Comisión Europea hizo pública también sus líneas maestras para fomentar la inversión pública:

  • Planes nacionales de banda ancha.
  • Colaboración de las administraciones locales para facilitar los permisos de obras o para gestionar despliegues coordinados.
  • Más préstamos del Banco Europeo de Inversiones: unos 2.000 millones anuales.
  • Inversión pública acorde con las ayudas de Estado.
  • Mejor uso de los fondos estructurales de desarrollo rural.

En un post anterior os explicábamos la Recomendación de la CE para las redes de nueva generación.

En EEUU están siguiendo atentos el debate europeo. Allí la FCC podría empezar a regular la banda ancha y obligar a ofrecer un acceso mayorista a las redes de fibra óptica. Dan O’Connell, nuevo presidente del FTTH Council de Norteamérica y procedente de Verizon, cree que obligar a alquilar las redes de fibra ha “virtualmente paralizado” la inversión “y eso es algo que queremos evitar en EEUU. Mi experiencia personal ha sido que períodos prolongados de incertidumbre significan que no voy a gastar dinero”.

En Europa, para que la inversión en fibra salga rentable y se acelere la contratación los analistas creen que hay que ofrecer servicios como el video chat de alta calidad, que podrá ser usado para las comunicaciones de los miembros de una familia o por los teletrabajadores.

“La mayoría de los actuales servicios sobre fibra están orientados a geeks. Hay que atraer a las abuelas, así es como se consiguen altos niveles de contrataciones. Y si las telecos no se posicionan en este espacio, otros lo harán”, afirma el analista Benoît Felten, de Yankee Group.

La Comisión Europea confía en la inversión pública

Visto el panorama y la necesaria colaboración del sector público para desplegar fibra (hasta 270.000 millones de euros, según los cálculos de la CE), la Comisión Europea hizo pública también sus líneas maestras para fomentar la inversión pública:

Planes nacionales de banda ancha.

Colaboración de las administraciones locales para facilitar los permisos de obras o para gestionar despliegues coordinados.

Más préstamos del Banco Europeo de Inversiones: unos 2.000 millones anuales.

Inversión pública acorde con las ayudas de Estado.

Mejor uso de los fondos estructurales de desarrollo rural.

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