La CMT es la autoridad reguladora que, en el ámbito de las comunicaciones electrónicas, cuenta en la actualidad con un menor número de competencias, frente a todas aquellas que otorgan las Directivas Europeas a las autoridades nacionales de regulación (ANR) independientes.

El resto de países de Europa, por el contrario, han optado por incrementar de forma progresiva las competencias de las ANRs independientes, en el ámbito de las comunicaciones electrónicas. La gran mayoría desarrollan, además de las funciones de regulación de mercados, competencias en espectro y protección de los usuarios (España la única ANR junto con Estonia que no posee esta función), y en algunos casos asumen competencias en seguridad de redes, registro de dominios y otras actividades.

El Anteproyecto de Ley de creación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) propone reformas de gran calado que se analizan en un informe aprobado por el consejo de la CMT y que ha sido enviado al Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

Una de esas reformas es la reasignación de competencias de los actuales organismos sectoriales a diferentes Ministerios. En el caso de la CMT, se transfieren al Ministerio de Industria, Energía y Turismo un amplio grupo de competencias en el ámbito de la numeración, portabilidad, interconexión, servicio universal, registro de operadores y resolución de conflictos.

En el resto de Europa todas las competencias que se transfieren se ejercen de manera mayoritaria por la ANR independiente, tal y como confirman los siguientes gráficos:

La Exposición de Motivos del Anteproyecto expone las justificaciones económicas, institucionales y tecnológicas que respaldan la creación de la CNMC. Uno de los argumentos de más peso para el establecimiento de esta nueva autoridad sería la “tendencia a nivel internacional a fusionar autoridades relacionadas con un único sector o con sectores que presentan una estrecha relación, pasando del modelo uni-sectorial a un modelo de convergencia o multisectorial”.

En Europa existen actualmente dos tipos principales de modelos típicos de regulador de las telecomunicaciones en función de sus competencias:

1) Modelo de regulador convergente
Este modelo responde a la necesidad de regular las telecomunicaciones teniendo en cuenta los últimos avances tecnológicos y su impacto en el mercado. En especial, el fenómeno de la convergencia. Por lo tanto, un regulador convergente es aquel que reúne en un único organismo todas las competencias de política sectorial de áreas íntimamente relacionadas, como ocurre con las telecomunicaciones (incluido el espectro y los usuarios), el audiovisual y/o el postal.

2) Modelo de regulador multisectorial
El regulador multisectorial agrupa los sectores del mercado susceptibles de regulación ex ante en atención principalmente a la existencia de infraestructuras difíciles de replicar. Por lo tanto, un regulador multisectorial es aquel que posee amplias competencias en distintas industrias de red, como energía, transporte ferroviario y telecomunicaciones.

Frente a estos dos modelos, no existe en la actualidad ningún ejemplo de regulador sectorial unificado con la autoridad de competencia con potestades en todos los mercados.

De forma excepcional en Europa, el gobierno holandés tiene previsto la creación de la Autoridad Holandesa para los Consumidores y Mercados (ACM) como fruto de la fusión de la Autoridad de Consumidores, la Autoridad Independiente Postal y de Telecomunicaciones (OPTA) y la Autoridad de Competencia (NMa). Este proceso todavía está en fase de implantación y, por tanto, no se tienen datos sobre las posibles mejoras en la eficiencia y eficacia derivadas de la fusión. No obstante, de lo que sí que existen precedentes (por ejemplo, Ofcom en el Reino Unido) es de la asunción, por parte de la autoridad regulatoria sectorial, de las facultades de competencia ex post en el sector que es propio de su actuación ex ante.

El análisis del diseño institucional de los organismos reguladores demuestra que la mayoría de los gobiernos de la Unión Europea ha optado por la creación de autoridades reguladoras sectoriales convergentes, en las que un único organismo reúne las competencias de política sectorial de áreas íntimamente relacionadas, como ocurre con las telecomunicaciones, el audiovisual y el postal. El establecimiento de una autoridad convergente facilita la toma de decisiones más eficientes, puesto que bajo este modelo el organismo regulador está capacitado para actuar en todos los ámbitos del mercado -desde la gestión del espectro y la imposición de obligaciones a los operadores hasta la protección de usuarios- a la vez que le permite realizar un mejor seguimiento de la efectividad de sus actuaciones.

Modelos de regulador independiente en algunos países de nuestro entorno: comparativa de las competencias de los principales reguladores a nivel comunitario

De la comparación de competencias se concluye claramente que la CNMC se alejaría de las competencias en el sector de las telecomunicaciones de un regulador convergente (Reino Unido) y de un regulador multisectorial (Alemania). En el caso de los Países Bajos la nueva autoridad será la suma de competencias de los tres organismos que fusiona. Esto es, en Holanda, al contrario que en el Anteproyecto, no está prevista ninguna disminución de responsabilidades de ninguno con motivo del proceso de fusión.

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