El fundador de Netflix lo explicaba así al New York Times: “Devolví al videoclub ‘Apollo 13’ seis semanas tarde. Me pusieron una multa de 40 dólares. No se lo quería contar a mi mujer y me dije a mí mismo: ‘¿Voy a comprometer la integridad de mi matrimonio por una multa?’ De camino al gimnasio me di cuenta de que ellos tenían un modelo de negocio mucho mejor: pagas 30 ó 40 dólares al mes y puedes ir las muchas o pocas veces que quieras”.
Y Reed Hastings copió el modelo: Netflix te envía un DVD a casa por correo, lo devuelves cuando quieras y entonces Netflix te envía otro. Suena arcaico, pero el servicio de los DVD por correo convive con el de streaming a través de internet, que Netflix también ofrece. La compañía tuvo que esperar hasta 2010 para que los suscriptores al streaming superaran a los del DVD.
Sin embargo, últimamente Netflix se ha convertido en el nuevo “chivo expiatorio” (el término es de Gigaom) de las operadoras de telecos después del P2P y de Google, y la excusa perfecta para fijar limitaciones de descarga en sus tarifas de banda ancha.
Redes y limitaciones de descarga
El último argumento contra Netflix es esta matriz dibujada por la empresa Mu Dynamics y que muestra cómo afectan varios servicios de streaming a las redes fijas. La ganadora es Youtube, pero Netflix, en su versión en alta definición, está en el peor cuadrante. Poco “friendly” tanto para operadores como para usuarios.
Netflix ya ha rebajado la calidad del streaming de sus vídeos para sus usuarios de Canadá y reconoce los riesgos en la documentación que envía a la autoridad de la Bolsa de EEUU (SEC):
“A medida que los operadores introduzcan tarifas basadas en el consumo, límites de descarga o traten de cobrar el acceso a sus redes a los proveedores de contenidos, podrían incrementarse nuestros costes o podría afectar a nuestra capacidad para adquirir y retener clientes”.
Traducido: más costes, menos ingresos.
RENOVAR LICENCIAS Y CONTRATOS
A la rebelión de las operadoras se suma la de los estudios. Netflix ha comprado licencias para emitir contenido por valor de 1.200 millones de dólares: unas licencias que tiene que renovar y renegociar. A Netflix le preocupa que ahora los estudios pongan condiciones más duras para los derechos de emisión en streaming.
Además, en el negocio del envío de los DVD, Netflix tiene acuerdos con los estudios para no distribuirlos hasta 28 días después de que se hayan puesto a la venta. Mientras que Blockbuster ha negociado y ha conseguido no tener que esperar esos 28 días, Netflix ya ha avisado a sus inversores de que algunos de los estudios con los que negocia “han sugerido” aumentar ese tiempo de espera.
La antipatía que Netflix despierta entre las telecos y las productoras audiovisuales ha sido suficiente para despertar de nuevo la afición periodística de enterrar negocios. Pero Netflix no tiene problemas en contraatacar («Retrato a las redes de los operadores»). El día que la empresa salió a Bolsa, Reed Hastings les dijo a sus trabajadores:
«Mañana cuando vengáis a trabajar, si no hacéis felices a los clientes, ni hacéis que avance el negocio, ni nos ahorráis dinero, no vengáis».
Una buena idea materializada, sin duda.
Lo que no cuenta el post es que Netflix está basado en un resquicio legal que permite a sus propietarios adquirir un DVD al precio de venta al público para posteriormente hacer negocio con él. De hecho Netflix ha reconocido hace poco que su gasto principal proviene fundamentalmente de los envíos por correo y no de la adquisición de contenidos audiovisuales.
Aquí en España, esa buena idea se vería entorpecida con los derechos de autor que primero haría que adquirir la copia en DVD para su distribución sería alta, y luego una vez visto el negocio las sociedades que recaudan los derechos de autor presionaran al poder ejecutivo para poder ingresar por ingresos brutos generados más un canon por cada usuario, y muy probablemente no sería viable.
En España, las entidades de gestión han creado una cosa que se llama Filmotech que supuestamente el el instrumento que ponen a disposición de los usuarios para que renuncien a la pirateria.
La oferta es tan cutre que es mas facil encontrar obras cinematograficas elitistas en el internet ilegal que en esa Web.
Las entidades de gestion tienen que ir al modelo Netflix o Spotify; mientras tanto, lo unico que estan haciendo es prolongar la agonia de un modelo de negocio superado.
[…] Netflix: la supervivencia del negocio que salvó un matrimonio blogcmt.com/2011/05/02/netflix-la-supervivencia-del-negoc… por El_Estudiante hace 8 segundos […]
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