Foto cortesía de Herve Boinay

En Nueva York la ruta está bien clara. Foto cortesía de Herve Boinay

El problema es de tal envergadura que en la ciudad de Nueva York hablan de una «epidemia del cotorreo».  Según publicó el New York Times el pasado verano, ver a taxistas hablando por su teléfono móvil mientras conducen es algo tan habitual en el paisaje urbano como encontrar peatones que cruzan la carretera indebidamente.

En EEUU la limitación de hablar por el móvil en los taxis convive de una forma desigual. En ciudades como Denver y Miami tanto los taxistas como cualquier otro conductor pueden hablar por el móvil mientras conducen. En otras, como Los Ángeles y Washington, el uso está limitado a los manos libres. La prohibición total que existe en NYC también se aplica en Boston y Chicago, explica el reportaje.

Afortunadamente, el texto no habla de que ningún pasajero haya tenido que decirle a su taxista que dejara de «tweetear» mientras conducía, pero sí que explica que, a pesar de  la prohibición que impera en la ciudad y que los conductores se enfrentan a una multa de 200$ por infracción, les suele hacer muy poca gracia que un cliente les pida que cuelguen su teléfono. «Un taxista me dijo que estaba siendo malvado» o «me dijo que actuaba como un sargento» son algunas de las experiencias de estos sufridos pasajeros.

Pero… si el carpooling es más peligroso

En el polo opuesto de la polémica están algunas operadoras y los propios taxistas, que alegan que el uso del móvil  es vital para el gremio cuando desarrolla su trabajo y les ayuda a contactar rápidamente en caso de emergencia. Las críticas llegan también desde algún que otro blog  que arremete contra la saga de artículos que el NYT está dedicando este verano a la seguridad vial y el uso del móvil. Según Free Refills & Why I Love America, son sensacionalistas y amarillistas y el NYT debería ocuparse de hablar del peligros que implica conducir con varios pasajeros en el coche (carpooling, en inglés).

En medio de esta guerra no todo es negativo para los pasajeros de los taxis en NYC, que cuentan ventajas exclusivas cuando deciden utilizar el servicio. En el año  2007, la Comisión de Taxis y Limusinas de la ciudad aprobó un plan para equipar los taxis de la ciudad con pantallas táctiles. Poder trastear gracias a estos gadgets durante el recorrido por la ciudad es un servicio bastante generalizado y permite al cliente seguir su ruta, ver la tele, además de pagar directamente con su tarjeta de crédito.

En España no nos enfrentamos a esta dicotomía. La prohibición de hablar por el móvil mientras se conduce, salvo con dispositivos autorizados, aplica indistintamente a todo tipo de vehículos. La multa es de 150 € y se aplica la retirada de tres puntos del carnet. Lo de pagar con tarjeta de crédito en algunos casos ya se puede hacer.

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