Hoy en día resulta completamente normal tener un teléfono móvil. Pero a principios de los años 90 no era tan común. Para tenerlo, había entonces que pagar una elevada cuota de alta  y una mensualidad fija obligatoria de un contrato, además de que no se podía encontrar en aquellos años terminales por menos de 80.000 Ptas (500€). El móvil era para una minoría en la década de los 90, hasta que se comercializó una nueva manera de pagar las llamadas que popularizó definitivamente la telefonía móvil: el prepago.

Un teléfono móvil Ericsson en un anuncio de 1989. Fuente: La Vanguardia

Un teléfono móvil Ericsson en un anuncio de 1989. Fuente: La Vanguardia

Si en 1993 alguien quería tener un móvil, debía firmar un contrato con la única compañía de telefonía móvil del momento en España: Moviline, de Telefónica. Según un anuncio de la época, el terminal junto al alta sumaban unas 120.000 Ptas (725€), cuando entonces el salario mínimo interprofesional era de 58.530 Ptas (351,77€). Además, el precio del minuto de llamada era de unas 80 Ptas (0,48€). Pero aunque sólo se quisiera el teléfono para llamadas esporádicas, había que pagar una cuota fija mensual de, como mínimo, 2.500 Ptas (15€).

LA INVENCIÓN DEL PREPAGO

Con estas condiciones, a principios de la década muy pocos podían permitirse acceder a la telefonía móvil. Pero esto también era un problema para los operadores de todo el mundo, que veían limitadas sus posibilidades de crecimiento. Todo cambió en julio de 1993, cuando a los estadounidenses Ted Rich y Andrew Wise crearon un sistema de prepago de  llamadas al que llamaron Patti y que patentaron en 1996.

El propósito de Patti era que la telefonía móvil fuera también accesible para los sectores de la población con pocos recursos económicos. En noviembre del año 93, realizaron una primera prueba con 30 números de un operador, que revendían con el sistema de prepago Patti. Pusieron un pequeño anuncio en el diario local de Phoenix y en la primera semana recibieron más de 1.000 llamadas, por lo que revendieron los números inmediatamente.

A pesar de este primer éxito, la compañía que les revendió los números, US West Cellular, no quiso llegar a un acuerdo estable con ellos.  Según un ejecutivo con el que se reunieron, no sabían nada del negocio de la telefonía móvil y temían que el sistema fuera un fraude. La insistencia, sin embargo, les llevó a reunirse en 1994 con el presidente de la compañía, con el que finalmente firmaron un contrato como revendedores nacionales. Así fue como despegó el primer sistema comercial de prepago del mundo.

EL PREPAGO EN ESPAÑA

A España, el prepago llegó en 1996 de la mano de MoviStar, aunque unos meses después también lo incorporó Airtel, ahora Vodafone. Como declaraba José Antonio Lombardía, responsable de marketing de Movistar en aquellos años, posibilitaba el acceso al móvil a «muchas personas que no podían soportar unos costes fijos mensuales». El resto de operadores europeos iniciaron la comercialización del prepago en fechas similares.

Anuncio de febrero de 1997 sobre la modalidad prepago de MoviStar. Fuente: La Vanguardia

Anuncio de febrero de 1997 sobre la modalidad prepago de MoviStar. Fuente: La Vanguardia

Durante aquellos años, en España convivió el prepago con las promociones en las que se regalaban teléfonos a cambio de mantener un contrato durante un cierto tiempo. Pero en 1998 los operadores apostaron fuertemente por el prepago para captar clientes. Además, Amena, un nuevo operador nacido en la navidad de 1998, dinamizó aún más el mercado de prepago de entonces.

Se pasó de 4 millones de líneas de móvil a finales de 1997 a 24,3 millones en diciembre del 2000, según datos de la CMT.  De hecho, sólo en la navidad de 1999 se vendieron dos millones de teléfonos, la mayoría de prepago. El móvil se convirtió en un objeto de moda, especialmente entre los adolescentes, un tipo de cliente que no podía firmar un contrato pero sí acceder al prepago.

Porcentajes de clientes y minutos consumidos en 1999. Fuente: CMT

Porcentajes de clientes y minutos consumidos en 1999. Fuente: CMT

Una vez los operadores ampliaron su base de clientes, su estrategia pasó entonces a convertir las líneas de prepago que tenían a la modalidad de postpago (contrato). La razón era sencilla: los clientes de postpago consumen más que los de prepago.

CAMBIO DE ESTRATEGIA

Aunque a finales de los 90 el crecimiento de las líneas de prepago fue exponencial en relación al postpago, los esfuerzos de los operadores hizo que en los años posteriores el prepago fuera perdiendo peso en relación al postpago. En el 2005, las líneas de contrato finalmente superaron a las de prepago. Una de las claves fue que desde diciembre de 2000 en España era posible cambiar de operador mediante portabilidad, lo que facilitó a los clientes de contrato el cambio de compañía. La mayor competencia (incrementada en 2006 por la aparición de los Operadores Móviles Virtuales) favoreció además la rebaja de tarifas,  cuotas de alta y mensualidades.

Evolución del número de líneas móviles en la última década. Fuente: CMT

Evolución del número de líneas móviles en la última década. Fuente: CMT

Una de las pocas ventajas que le quedaba al prepago en la primera década del 2000 era su anonimato, ya que una línea podía adquirirse en una tienda sin proporcionar ningún dato personal. Sin embargo los grupos criminales sacaron partido de este anonimato desde poco después de la aparición del prepago. Por esta razón, en el 2007 el Gobierno aprobó la Ley que obligaba a identificar los usuarios de todas las líneas de prepago de España a lo largo de la primera mitad del 2010. Ese año se perdieron más de 700.000 líneas de este tipo.

Desde que en el 2005 el contrato sobrepasó al prepago, éste último se ha visto relegado a un papel secundario en el crecimiento constante que la telefonía móvil ha vivido en estos años. En enero de 2011, de las 52.879.889 líneas móviles que había en España, el 62% eran de postpago y el 38% de prepago.

Pero la crisis parece haber afectado también a la tendencia de más de un lustro y en enero se sumaron más líneas de prepago que de postpago, según la nota mensual del mes. En sintonía con el momento económico, el prepago, como dos décadas atrás, continúa siendo la manera de acceder a la telefonía móvil para los que disponen de menos recursos o desean tener un mayor control del gasto.

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