¿Del Homo videns al Homo SIM?. Foto cortesía de Sclopit

¿Del Homo videns al Homo SIM?. Foto cortesía de Sclopit


La iniciativa de «tener fichados» a todos los usuarios de telefonía móvil con el fin de evitar delitos no es exclusiva ni de España ni del resto de Europa. El  weblog de la ITU cuenta que en Tanzania el Gobierno se emplea a fondo en implementar sistemas que permitan seguir el rastro de quienes usan el móvil fundamentalmente para hacer el mal.

Desde el momento en que ingresamos en las filas de un operador móvil tenemos un segundo DNI, pero en forma de tarjeta SIM. En la SIM está grabada la estructura de la identidad del abonado móvil (IMSI). 15 dígitos, máximo, que son los campos de nuestro nuevo carnet:

La cosa en la SIM va tal que así. Fuente: Nosotros mismos
Algunas de las cosas que se guardan en la SIM. Fuente: Nosotros mismos
  • En los tres primeros está el Indicativo de País (IPM).  Indica el país del operador que presta servicio al abonado y la ITU es la encargada de definirlos.
  • Luego vienen otros 2 ó 3, que son el Indicativo de Red Móvil (IRM). Su finalidad es identificar dentro de un país a la red del operador a la que pertenece un abonado. Estos los asigna la CMT a los operadores que los demandan.
  • Finalmente, está el número de identificación de abonado móvil, otros 9 ó 10 dígitos que están grabados en la tarjeta SIM y que normalmente sólo nuestro operador conoce.
  • Ojo que el número anterior no es el mismo al que, en ocasiones entre copa y copa, le cambiamos un dígito fruto de «un error fatal». En ese caso hablamos del número telefónico móvil o MSISDN. En España, ya sabéis que empiezan siempre por 6.

Con esta secuencia de números las compañías de móvil pueden hacer otras cosas además de identificar y localizar a sus clientes. Por ejemplo, esta cadena de numeración es la causante de que si metemos una tarjeta foránea en un móvil con contrato de permanencia la pantalla nos devuelva el mensaje de «SIM Lock». Los terminales analizan los 5 primeros dígitos del IMSI (IPM+IRM) y verifican que esa SIM es válida para ese móvil.

Móvil robado, móvil bloqueado…

Hablando de terminales, también cada uno tiene también su propio código: el IMEI, que está grabado debajo de la tapa de la batería. Los operadores tiran de este código cuando se roba un teléfono. Así,  cada compañía dispone de una base de datos llamada EIR (Equipment identification register) en la que vuelcan los IMEI robados y  con la que bloquean el terminal sustraido evitando que se puedan recibir o realizar llamadas.

De todas formas, retomando el caso de Tanzania, estos sistemas antirobo pueden quedar en tierra de nadie en un mercado plagado de móviles «piratas» fabricados en Asia y sin código de identificación, según relata un periódico local.

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