La CMT ha iniciado un proceso de análisis para conocer cuál es la realidad de la competencia en la prestación de los servicios de comunicaciones electrónicas en el segmento empresarial. Para ello, vamos a recabar información desde varios frentes: por un lado, acabamos de abrir una consulta pública para recoger las opiniones y sugerencias de los implicados (para la que hemos elaborado un informe que analiza la situación competitiva en este terreno empresarial); además, hemos encargado una encuesta para estudiar cuál es el grado de competencia y de satisfacción con las telecomunicaciones en las empresas y Administraciones.

Las comunicaciones de empresa pueden ser de lo más complicado. Foto en flickr de Mince

Las comunicaciones de empresa pueden ser de lo más complicado. Foto en flickr de Mince

La facturación de los clientes empresariales supone más del 30% del total del sector de las telecos: representa cerca de la mitad de los ingresos totales del servicio telefónico fijo (a pesar de ser únicamente una sexta parte del total de las líneas); una cuarta parte de los ingresos de banda ancha y un tercio de los servicios en movilidad (telefonía y banda ancha móvil).

Según nuestras primeras conclusiones -a la espera de la consulta pública y de la encuesta encargada a la empresa GFK-,  Telefónica mantiene una cuota de mercado media muy elevada en el segmento empresarial (entre el 60-75%), superando ampliamente la cuota de mercado que mantiene en el segmento residencial (en torno al 52%). De todas maneras, esta cuota de mercado no es homogénea: es más alta en  las empresas de menor tamaño (con características muy similares a las del mercado de masas) y  para las grandes empresas con necesidades muy específicas y amplias necesidades de cobertura (muchas sedes a cubrir). Por el contrario, se reduce de forma importante si la empresa tiene pocas sedes y concentradas en torno a los grandes núcleos de población.

Las comunicaciones electrónicas en las AAPP merecen un análisis particular puesto que, en este campo, el grado de competencia es menor y Telefónica aún tiene más cuota de mercado que en el segmento empresarial en general.

Problemas de competencia identificados

– En el mercado minorista:

  • descuentos generalizados para grandes clientes y AAPP: es común la realización de importantes descuentos en forma de contraofertas, ante el intento de captación del cliente por parte de un competidor.  Si es Telefónica quién ofrece elevados descuentos a los clientes empresariales como respuesta a ofertas realizadas por sus competidores podría, en función de su importe, suponer una barrera a la entrada a este segmento del mercado en caso que los precios finales no fueran replicables por terceros.
  • barreras de entrada para los operadores alternativos como consecuencia del diseño de los concursos de las AAPP: precios de licitación bajos, condiciones técnicas imposibles de cubrir por los alternativos, plazos impuestos demasiado cortos…

– En el mercado mayorista:

  • los operadores de empresa deben recurrir a Telefónica para completar su red en más del 75% de los casos, siendo las opciones mayoristas de terceros muy limitadas.

Posibles soluciones

– En el mercado minorista:

  • comprobación expost de determinados contratos suscritos entre Telefónica y grandes clientes.
  • en el caso de los contratos a AAPP, revisión de la Relación de Buenas Prácticas de la CMT para fomentar un adecuado diseño de los pliegos y condiciones de adjudicación.

– En el mercado mayorista:

  • definición de un mercado específico para las empresas que recoja sus características diferenciales o al menos, modificar las definiciones actuales.
  • la CMT considera en su informe que el mercado ya dispone de las suficientes obligaciones mayoristas (MARCO, AMLT, ORLA…), aunque algunos de estos servicios están todavía en fase implementación y no han demostrado aún su eficacia en el control del mercado (por ejemplo, el nuevo servicio de acceso indirecto al bucle, NEBA).

Tradicionalmente, desde un punto de vista regulatorio, se ha considerado que la situación competitiva del segmento empresarial requería de una menor supervisión que el segmento residencial, pero las alegaciones de los operadores alternativos y las llamadas de atención de algunas organizaciones europeas han propiciado este análisis más específico y pormenorizado.

 

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