Lejos podrían quedar los días en las redes fijas de telecos recibían el apelativo (despectivo) de dumb pipes, las tuberías tontas. Los operadores móviles siempre intentaron huir de esa visión estereotipada, y desde un principio pelearon por no ser vistos como sus primos hermanos y acarrear la caraterística de una commodity: márgenes bajos, ingresos y precios decrecientes.

Se quedaron de piedra, con otras "pipes". Foto en flickr de Ashley R. Good

Se quedaron de piedra, con otras "pipes". Foto en flickr de Ashley R. Good

Pero los caminos de la telefonía (fija y móvil) y sus objetivos son inexorablemente los mismos: proporcionar capacidad de red para transmisión de datos e intentar que otros actores del sector, en cualquier otra parte de la cadena de valor, no se lleven el grueso de los beneficios. El escenario puede estar cambiando, y es que en este nuevo mundo protagonizado por el auge de la banda ancha móvil, la calidad y la estabilidad de la conectividad son claves. Y puede que las tuberías sean más inteligentes de lo que pensamos.

Éste es el planteamiento de Ericsson, que acaba de publicar un estudio que ensalza el valor de las conexiones y deja bien claro que sólo con smart pipes, con tuberías inteligentes, los operadores podrán ofrecer a sus clientes las capacidades y valores añadidos que reclaman. Los analistas de la empresa (que, no nos olvidemos, tiene como negocio las infraestructuras de redes móviles)  creen que el futuro basado en la banda ancha móvil representa un desafío y una oportunidad para los operadores: aquellos que pueden ofrecer la mejor experiencia para el usuario en cuanto a la disponibilidad, velocidad y calidad de la conexión ganarán la partida.

Tuberías inteligentes. Fuente: Ericsson

¿Por qué motivos es tan importante la conectividad?

– El primero es el espectacular crecimiento de las suscripciones de banda ancha móvil: Ericsson predice que habrá 50 millones de dispositivos conectados en 2020.

– El segundo es la tendencia al alza de servicios y aplicaciones: el crecimiento masivo de la App Store de Apple es el principal ejemplo de un ecosistema completamente nuevo, en el que miles de nuevas aplicaciones se están poniendo en marcha a un ritmo espectacular.

A ello sumamos otros cambios en el panorama:  el paso de dispositivos compartidos (PC) a personales (móviles); la ubicación de contenidos y aplicaciones en la nube y no en un perfil local; el consumo de energía que no era importante en los equipos enchufables es ahora imprescindible en los terminales móviles; el modelo de negocio evoluciona para cubrir necesidades de usuarios cada vez más específicas y diferenciadas…

Total, que las operadoras han de tomar buena nota y buscar soluciones. Para algunos analistas, 2011 es el año en que deben empezar a reinventarse. En este escenario futuro, en el que las inversiones se hace absolutamente necesarias (en redes de fibra y en espectro) tanto los suministradores de infraestructuras como los proveedores de contenidos estarán condenados a entenderse, a pesar de que, para algunos, la guerra aún está por llegar.  Habrá que cambiar el modelo de negocio cuando el consumo crece de forma exponencial, mientras que los ingresos no siguen por el mismo camino. Según Chetan Sharma, en Estados Unidos, los ingresos de voz se han reducido un 7 por ciento en los últimos cuatro años, mientras que los ingresos de datos se han disparado un 132 por ciento. En general, los ingresos de datos representan ya el 35 por ciento de los ingresos totales de la industria inalámbrica. La reciente compra de Skype por Microsoft podría acelerar este cambio de mentalidad en los operadores.

¿Qué nos espera?

Con todo ello, Ericsson preveé tres olas de crecimiento para los operadores:

1- La fase del all you can eat, de la talla única: la que hemos vivido hasta ahora, con la popularidad de las tarifas planas.

2- La fase de la diferenciación, en la que estamos entrando, con diferentes perfiles de ofertas: clientes con poca demanda, calidad más baja y precio menor; clientes con grandes demandas, calidad alta y precio mayor. Aquí, los servicios diferenciados empiezan a ser la clave para tener éxito en un mercado cada día más exigente. Y esto entra de lleno en el debate de la neutralidad de la red y la necesidad de transparencia frente a los usuarios.

3- La fase del connecting everything, el gran desafío: el éxito dependerá no sólo de las ampliaciones que hagan posible conectar miles de millones de usuarios,  sino también de la gestión a esta escala tan bestial. Se hace imprescindible la necesidad de nuevos modelos de negocio. En esta nueva ola, la buena cobertura, la velocidad y la calidad de conexión del usuario se convertirán en elementos diferenciadores tan importantes para los usuarios como los dispositivos o las aplicaciones.

La evolución de la banda ancha móvil en los modelos de negocio, aplicaciones, dispositivos y conectividad. Fuente: Ericsson

 

Fuente: Ericsson

Por cierto que hace bien poco en el blog os hablábamos de las estrategias de los operadores para evitar el colapso de las redes: según un estudio de  Telesperience al que nos referíamos, la “fórmula favorita” de los operadores para evitar el colapso pasa por el traffic shaping. Los expertos consultados afirman que esta técnica será empleada por el 97% de los operadores en 2013. Esta fórmula pasa por modificar el tráfico cuando hay picos de demanda y aquellas que se encargan de priorizar el tráfico. En dos años también crecerá la técnica denominada como offloading (el 73% de los operadores la emplearán en 2013). Esta técnica permite la utilización de otras redes o recursos alternativos como WiMax, femtoceldas o puntos WiFi. Y uno de los datos más llamativos del informe es que un 53% de lo expertos consultados aseguraba que recurría a estas técnicas con el fin de retrasar la incorporación de las nuevas infraestructuras (antenas y redes), mientras que un 60% reconocen que sus redes no están capacitadas para soportar el actual volumen de tráfico.

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