Después de conocer cómo está la competencia en el sector del transporte de mercancías, hoy nos toca hablar de la liberalización del transporte de viajeros por ferrocarril, un proceso que está siendo bastante más lento.

Viajeros al tren. Foto de airefresco.

Viajeros al tren. Foto de airefresco.

En principio, la liberalización de este sector para que otras empresas puedan entrar a competir con Renfe-Operadora en tráfico de pasajeros  fue aprobada en julio de 2012, con el objetivo de su entrada en vigor el 31 de julio de 2013, ocho años después de que en enero 2005 se liberalizara el transporte de mercancías, como ya os explicamos en otro post.

Aunque el transporte de viajeros supone casi el 85% del total de kilómetros recorridos en la red de Adif, el proceso de liberalización avanza muy tímidamente.
Fuente: Adif
Desde el 31 de julio de este año, a través de la aprobación de la Orden FOM/1403/2013, el sector de los paquetes turísticos es el primero en el que se permite funcionar a empresas distintas a Renfe-Operadora. Las rutas de Larga Distancia, Alta Velocidad, Regionales y Cercanías, de momento, seguirán en manos de Renfe-Operadora.

Las rutas turísticas

La liberalización, por lo tanto, se ha iniciado  de forma gradual, con los denominados servicios «prioritariamente turísticos», una categoría nueva que se crea a partir de un real decreto publicado en el BOE el 23 de febrero de este año (Real Decreto-ley 4/2013, artículo 37). En este caso, se produce la apertura del mercado sin necesidad de autorización o título habilitante específico. De todas maneras, los servicios deben prestarse en el marco de una combinación que, además del servicio de transporte, deberá incluir al menos dos de las siguientes prestaciones:

  •  alojamiento durante al menos una noche;
  • manutención alimenticia;
  • otros servicios turísticos no accesorios del transporte o del alojamiento y que constituyan una parte significativa de la combinación («la asistencia a cursos, conferencias o eventos deportivos, realización de excursiones o visitas a centros de interés cultural o turístico, entradas para la asistencia a un espectáculo en el lugar de destino, alquiler de vehículos o servicio de guía turística»).

Quedan excluidos de esta libre competencia los llamados trenes históricos –que cuentan con una regulación específica-, como el Transcantábrico, el Tren de la Fresa entre Madrid y Aranjuez, el Tren de Cervantes a Alcalá de Henares o el Tren Medieval a Sigüenza.

¿Qué pasa con los otras rutas?

Las rutas de Larga Distancia, Alta Velocidad, Regionales y Cercanías, de momento, seguirán en manos de Renfe-Operadora. El Ministerio de Fomento contempla que se abra a la entrada de otros operadores, aunque con condiciones muy específicas:

  • En el caso de los servicios de interés público, primaría un proceso de licitaciones públicas, por el que se cederá a compañías privadas la explotación y gestión de determinadas líneas.
  • Para el resto de servicios de transporte de viajeros, se contempla sacar a concurso títulos habilitantes para que nuevas empresas puedan operar estos servicios en competencia con Renfe-Operadora.

La situación en Europa

La Comisión Europea ha dado de plazo hasta 2019 a los países miembros para que abran el transporte de viajeros por tren a la iniciativa privada (actualmente se está negociando el Cuarto Paquete Ferroviario).

Por el momento, la situación en los diferentes países es muy desigual: si bien Alemania, Reino Unido, Italia y Suecia ya han abierto sus mercados a la competencia, el resto de países los mantienen cerrados.

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