Hace poco cambiamos de año, y como es costumbre, después de las campanadas las líneas de telefonía móvil se colapsaron. Todo el mundo quería felicitar a alguien en un mismo momento. Pero la capacidad de las antenas de telefonía móvil y del espectro radioeléctrico es limitada y una parte tuvo que esperar a que los otros terminaran. La banda ancha móvil no es una excepción a esta escasez de recursos: si en un barrio o una determinada zona  el número de conexiones y la demanda de ancho de banda superan la capacidad de la estación o estaciones base que la cubren será imposible cargar un vídeo en un tiempo razonable o ver un archivo adjunto de nuestro correo.

Después de las campanadas, los atascos. Foto cortesía de Ed Yourdon

Después de las campanadas, los atascos. Foto cortesía de Ed Yourdon

El Wi-Fi se está posicionando como la tecnología que podría evitar este estrangulamiento del internet móvil. Una solución que los operadores han comenzado a adoptar es que cuando nos encontremos en una zona donde haya un acceso Wi-Fi al alcance, el móvil reconduzca la transmisión de datos de internet hacia esa vía sin que el usuario sea consciente de ello. De esta manera se descongestionaría parte del tráfico de las redes celulares que sería desviado a través de esos puntos Wi-Fi a redes fijas, una técnica conocida como offloading. Veamos algunas iniciativas.

FRANCIA, UN EJEMPLO RECIENTE

Fuera de España, varias empresas de comunicaciones ya están tomando algunas iniciativas que combinan redes fijas (Wi-Fi) y móviles, incluso a nivel comercial. Es el caso de Free Mobile, que quiere que sus usuarios puedan utilizar el ancho de banda sobrante de los clientes de ADSL de la compañía madre. Hasta ahora Free lo ofrecía como un servicio adicional para los abonados al ADSL. Con la incursión en el sector de la telefonía móvil, este proceso se automatizaría en los dispositivos móviles, que alternarían la conexión a internet por Wi-Fi o banda ancha móvil según donde se encuentren.

LOS CABLEROS EN EE. UU.

En EE UU la voz cantante la llevan desde hace unos años los operadores de cable: Cablevision, Time Warner Cable, Comcast y recientemente Bright House. Cada uno mantiene una red de hotspots o puntos Wi-Fi para sus clientes a la que pueden igualmente acceder los usuarios de los otros operadores de este grupo, sin ningún coste adicional. Los operadores de cable, a pesar de que la mayoría no comercializa servicios de telefonía móvil, ofrecen este servicio a sus clientes como parte de sus paquetes de conectividad de banda ancha fija y servicios audiovisuales.

Los operadores de telefonía móvil están superando los recelos iniciales hacia el Wi-Fi. AT&T ha desplegado una red de hotspots en locales como McDonald’s o Starbucks, a los que una gran parte de sus clientes pueden conectarse gratuitamente. También comercializa tarifas planas, de un día o mensual, para que cualquier persona pueda utilizar su red. Verizon ha seguido el ejemplo de AT&T, pero el número de hotspots desplegados es aún menor que su rival y los puntos por el momento se han situado en lugares céntricos.

Wi-Fi gratuito de Telefónica en el Reino Unido

En el Reino Unido, Telefónica ha apostado por el Wi-Fi, pero con una estrategia distinta. Su filial, O2, desde hace un año está instalando puntos de acceso Wi-Fi por todo el país, especialmente en Londres (próximamente incluso en el metro). La diferencia es que en este caso cualquier persona con un dispositivo con conexión Wi-Fi puede acceder gratuitamente a la red de O2.

El negocio de O2 no está del lado de los navegantes sino de las tiendas. Los puntos Wi-Fi están financiados por los comerciantes que aceptan instalar un punto de acceso en sus establecimiento. A estos, la filial de Telefónica les ofrece a cambio anunciarse, por ejemplo, en la página de login y les proporciona también un análisis detallado de los intereses de las personas conectadas a su punto Wi-Fi.

Mapa de hotspots de O2 en Londres

Mapa de hotspots de O2 en el centro de Londres. Fuente: O2/Google Maps

La inglesa BT tampoco ha dejado de lado el Wi-Fi y ha creado una red de hotspots, la BT Openzone. Mediante el ancho de banda sobrante de los routers de sus clientes de internet fijo, BT ha conseguido desplegar tres millones de puntos de acceso, principalmente concentrados en la región de South East England, adyacente a la de Londres. Pueden conectarse a ellos los clientes de BT y también los de otras compañías con las que existe un acuerdo (como Vodafone u Orange).

ESPAÑA, PRIMEROS INTENTOS

Algunos operadores también han desplegado en España redes de hotspots. Movistar tiene por el país una red propia de 2.000 puntos de conexión Wi-Fi que ofrece sin coste adicional a los clientes que tienen contratadas unas tarifas concretas de internet móvil. También oferta un acceso de pago para cualquiera. La red es pequeña en comparación con la de otros países y los hotspots están situados principalmente en hoteles y restaurantes. Vodafone, por su parte, también ofrece un producto empresarial que combina Wi-Fi con 3G y lo hace con la ayuda de la red de Kubiwireless.

DE BANDA ANCHA MÓVIL A WI-FI EN UN PISPÁS

Con la excepción de Free, las diferentes redes de Wi-Fi tienen un obstáculo tecnológico que impide la fluidez en la conmutación de una conexión de internet móvil a Wi-Fi y viceversa. La mayoría de las redes de hotspots necesitan que el usuario realice el login después de conectar al  hotspot. Lo que ha hecho Free Mobile es implementar el uso de unas tarjetas SIM llamadas EAP-SIM. Cuando el usuario se conecta a un punto Wi-Fi, es la propia tarjeta SIM la que proporciona los datos del cliente, el router verifica que la persona es un abonado de la compañía y así no es necesario realizar un login a través de una página del navegador. De esta manera se cambia de una conexión Wi-Fi a una móvil sin que el usuario se dé cuenta.

La pequeña compañía estadounidense Republic Wireless también ha intentado solucionar este problema y ha ido un paso más allá. Comercializan un modelo de teléfono móvil, de LG, con un software propio. Con este terminal, todas las comunicaciones del usuario, tanto de voz como de datos, se canalizan inicialmente a través de un punto de acceso Wi-Fi. Sin embargo, aún está en fase experimental y el hecho de tener que comprar un teléfono móvil específico frena a muchos potenciales clientes. Las tarjetas EAP-SIM son en cambio aceptadas por la mayoría de los teléfonos modernos.

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