La expresión ‘fear the shears’ (en castellano ‘miedo a las tijeras’) hace referencia al pánico creciente que sufren los proveedores de televisión por cable al ‘tijeretazo’ (cord-cutting). Y no nos referimos precisamente a una medida contra la crisis, sino a la tendencia de los usuarios a “cortar” su consumo televisivo a través de cable para sustituirlo por los contenidos ya presentes en Internet.

¿Tentaciones? Foto cortesía de pixle

¿Tentaciones? Foto cortesía de pixle

Un estudio reciente de Credit Suisse revela que  el 20 por ciento de los suscriptores de televisión por cable en Estados Unidos tienen pensado dar el paso definitivo al modo ‘espectador online’. Sin embargo… ¿tienen los proveedores auténticas razones de peso para argumentar sus temores?

HISTORIAL CLÍNICO DE LA TV POR CABLE

Las necesidades de los usuarios no paran de evolucionar. La personalización total del consumo es un proceso que ha desembocado en lo que ya venimos comentando desde hace tiempo: el número de abonados a la televisión de pago con planes de dar tijeretazo va en aumento. Y aquellos que cortan o reducen su factura de cable, según Credit Suisse, lo hacen esgrimiendo motivos económicos como excusa principal. Parece motivo suficiente para que los proveedores se preocupen y vean amenazados sus sistemas de venta y distribución de contenidos televisivos.

eMarketer estima que 158,1 millones de internautas en Estados Unidos han visto, al menos una vez al mes, algún vídeo en streaming durante 2011, lo que representa un 68,2% del total. Para el año 2015 el mismo estudio prevé que esta cifra alcance el 76%, aunque ello no significa que también vaya a aumentar el número de cancelaciones en la televisión por cable.

Sin embargo, los resultados de otros estudios y encuestas no son tan agoreros. El informe 2011 US Residential Pay-to-View señala que únicamente un 3 por ciento de los abonados al cable han cancelado sus suscripciones en detrimento de plataformas OTT, que reúnen todos aquellos servicios dedicados a la transmisión de productos audiovisuales a través de internet. Además, indica que el cord-cutting es más frecuente entre los usuarios de entre 17 y 34 años. Así lo explica Frank Perazzini, director de telecomunicaciones en J.D. Power and Associates: “Las predicciones de que la televisión por suscripción desaparezca tal y como existe hoy en día son aún prematuras”.

ALGUNOS NÚMEROS EN ESPAÑA

Nuestro informe trimestral de abril a junio de 2011 refleja el número de abonados a la televisión de pago en España:

Tabla de abonados TV de pago

 

Como podemos apreciar en la tabla, el número de suscriptores a la televisión por cable no ha dejado de crecer desde el tercer trimestre del año pasado. Así mismo, los operadores que ofrecen TV-IP han mantenido su número de abonados más o menos estable desde 2010, pero su cuota de mercado también ha aumentado. En el apartado correspondiente al mercado audiovisual del informe anual se recogen las cifras de este crecimiento, además de las razones que argumentan los hogares españoles para no tener televisión de pago:

Razones para no tener TV de pago

 

Los servicios de televisión IP son precisamente los que más van a prosperar, según algunos análisis. Uno de Point Topic asegura que en el año 2020 el número de abonados a IPTV alcanzará los 60 millones en la Unión Europea, 4,4 de los cuales estarán en nuestro país, que se convertirá en el tercero con más suscriptores.

hogares iptv europa

Estas previsiones enlazan directamente con el Informe anual sobre tendencias de consumo de televisión y vídeo 2011, realizado por Ericsson, que desvela el liderazgo de España en la televisión bajo demanda a través de internet.

TRATAMIENTO DEL ‘MIEDO A LAS TIJERAS’

Haya motivos o no para preocuparse (a día de hoy), los grandes de la industria de las telecos ya están reaccionando. En España todos los principales operadores de telecos están moviendo ficha adaptando sus servicios de contenidos y consumo audiovisual hacia plataformas flexibles que permitan el consumo bajo demanda y ofreciendo paquetes a precios cada vez más competitivos. En ellos el papel de los proveedores de contenidos y la calidad y la extensión del catálogo también es clave. El objetivo no es otro que adaptarse a las formas de consumo que facilita la conexión a Internet.

A la feroz competencia en el mercado de la televisión bajo demanda no podían faltar los tres gigantes: Google, Apple y Microsoft , cada uno de los cuales ha creado, o está a punto de hacerlo, su propia plataforma de tv online.  Mientras, otros como Netflix o Hulu hace tiempo que aparecieron como los elementos disruptivos de la industria, aunque el posicionamiento de sus servicios, a veces, no sea tan fácil como parece.

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