Hace poco menos de un siglo no teníamos mucho donde elegir para comunicarnos a distancia. Cartas, telégrafo y teléfono eran las tres únicas vías posibles, aunque serían las llamadas telefónicas las que supondrían una auténtica revolución comparable a la invención de la rueda y la imprenta.

"¡Llámame por favor!", foto cortesía de Mat Honan

"¡Llámame por favor!", foto cortesía de Mat Honan

Ahora, el giro de tuerca que supuso la tecnología VoIP ha convertido la voz en un subproducto. Un elemento secundario en el mundo de las telecomunicaciones, donde lo importante ya no es sólo hablar sino disponer de todo un abanico de posibilidades. Y la mayoría de los expertos aseguran que, en un futuro muy cercano, los operadores deberán adaptarse al nuevo mercado, donde los usuarios puedan realizar sus llamadas a un coste más reducido y con importantes mejoras  ¿Habrá tocado techo la telefonía con esta última embestida? ¿Existen posibles innovaciones en la voz tal y como la conocemos?

La respuesta está en la propia evolución de las telecomunicaciones y las necesidades del ser humano. Gracias a la tecnología 3G (y a sus variantes más avanzadas HSDPA y HSUPA) somos capaces de mantener una “conversación todoterreno” donde la voz no es lo más importante, sino la funcionalidad de la llamada y sus múltiples variantes de comunicación.

Hace poco hacíamos referencia a la tendencia de los usuarios a utilizar sus teléfonos móviles para cualquier cosa menos para llamar. Este camino iniciado hace apenas una década no sólo va a mantenerse con la cercana irrupción de LTE (o 4G), sino que va a hacerse más pronunciado.  Y a pesar de que probablemente falten varios años para que esta nueva generación alcance la dimensión comercial del actual 3G, pocos piensan en la voz cuando mencionan al LTE.

La voz ya no es indispensable, foto cortesía de Mike Licht

Pero que los más tradicionales no se lleven aún las manos a la cabeza. Este vacío puede verse compensando mediante el desarrollo de aplicaciones “no telefónicas” o incluso empleando la voz para cargar la batería de nuestro teléfono móvil, tal y como apuntan desde Corea. Apple sigue invitando a sus usuarios a imaginar de lo que serán capaces sus próximos terminales y ya ha registrado una patente enfocada en el reconocimiento de voz e inteligencia artificial, que permitirá convertir un mensaje de voz a uno de texto y viceversa. Y el departamento de I + D de Telefónica tiene varios proyectos en la recámara como la gestión de correo electrónico, ordenación de llamadas y búsqueda de conversaciones por palabras clave, todo ello mediante la voz del cliente.

En cuanto a la telefonía fija, los videoteléfonos siguen la estela de los móviles y hacen posible combinar la voz con la imagen gracias a la VoIP, permitiendo así una comunicación mucho más dinámica entre los interlocutores.

Y el dinamismo, al hablar de comunicación, siempre es sinónimo de evolución. La voz en telefonía no desaparecerá como tal, sino que se unirá a la imagen, la sencillez y la comodidad para dar paso a una comunicación más completa, incluso hasta de mejor calidad y eliminando ese efecto de “voz a distancia” al que estamos acostumbrados. Esas son precisamente las necesidades cada vez más demandadas por los usuarios. Y los resultados ya pueden comprobarse en el mercado con la reciente adquisición de Skype por parte de Microsoft.

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