Hace poco nos conformábamos con un teléfono móvil. Luego alguno sintió la necesidad de tener dos (móviles o dos líneas), uno para el trabajo y otro personal. Enseguida hubo quien adquirió una nueva línea sólo para navegar (datacard) o quien se lanzó a comprar su flamante smartphone. Mañana, quien estará conectado será nuestro coche, cualquier electrodoméstico o el sistema de seguridad de nuestra casa. Incluso una cámara de vigilancia de un parque, un escáner de un hospital, un contador de la luz o un detector de fuego de un bosque tendrán su pequeño espacio en la red.

Lo que nos depara la hiperconectividad

Lo que nos depara la hiperconectividad

Suena a típico relato futurista, pero no lo es. Quien está liderando el crecimiento de clientes en la telefonía móvil no somos los humanos, son las máquinas. Si el techo de crecimiento no está en la población ¿dónde está el límite de la capacidad de generar ingresos?

Durante gran parte del año pasado, los operadores de móvil de EE UU registraron el doble de líneas conectadas a aparatos que altas vinculadas a personas (contratos postpago tradicionales).

Chetan Sharma es un analista que se ha hecho famoso en la red por publicar análisis muy exhaustivos (y accesibles de forma gratuita) de la evolución del negocio de la telefonía móvil. Sharma, a propósito de la evolución del mercado estadounidense en el segundo trimestre, decía esto:  “Mientras que la ganancia neta de líneas hace tiempo que viene registrando una ralentización, el segmento de los aparatos conectados está creciendo a ritmos tan altos que AT&T y Verizon ganaron más líneas de estos últimos que a través de los contratos postpago”.

El argumento que tanto Sharma como otros expertos defienden desde hace un tiempo es que las caídas en el ARPU que vienen sufriendo los operadores puede, en un futuro, verse compensada tanto por el incremento del número de aparatos conectados como por la reducción de costes de esas conexiones.

Aparatos conectados

Chetan Sharma explica que en la categoría de ‘aparatos conectados’ se incluyen tanto las M2M* como las tarjetas de móvil que van incrustadas en un aparato: un pincho USB, ordenadores, lectores de libros electrónicos o tabletas. En el informe del último trimestre de 2010, destaca que este segmento representa en EE UU el 7% de la base total de líneas móviles, tras crecer un 55% en el último año.

Connected device growth

Connected device growth

En España existen 2,2 millones líneas de M2M, con un crecimiento del 15% en 2010 y del 45% si tomamos como referencia el ejercicio 2009. Además, a enero de este año existían 3,3 millones datacards, con un crecimiento anual del 66%. Si sumamos datacards y M2M, para aproximarnos al concepto de ‘aparato conectado’ que utiliza Sharma, España tiene 5,5 millones de aparatos conectados que representan casi el 10% de las líneas móviles.

Un reciente informe de Ericsson señalaba que nos encaminamos hacia una nueva ola de las tecnologías de la información y las telecos, un mundo hiperenlazado e hiperconectado entre personas, cosas, objetos y lugares. Y esto, más allá de las implicaciones que tiene para nuestro inminente modo de vida, es muy relevante para el conjunto de la industria. “Todo aquello que obtenga o pueda obtener un beneficio  de estar conectado lo estará.  Como personas ya lo estamos. El próximo paso es que las cosas y los lugares también se conecten. Y nos movemos muy rápido en esa dirección.”, Decía la multinacional sueca en el estudio: “Más de 50.000 millones de aparatos conectados” (pdf).

¿Crecimiento exponencial?

Ericsson y la tercera ola de las comunicaciones. Fuente: Ericsson White Papers

Ericsson y la tercera ola de las comunicaciones. Fuente: Ericsson White Papers

Ericsson cree que ese número es una meta alcanzable en 2020. Un objetivo ambicioso, ya que eso signifiqua que deberán existir cinco aparatos/cosas conectadas por cada persona y que en nueve años se han de multiplicar por 10 el número de líneas móviles en todo el mundo (recordemos que en los países de la OCDE la penetración de la telefonía móvil es, en la mayoría de casos, superior al 100%). Pero más allá del futurismo de la cifras, lo relevante del estudio de Ericsson es que para los operadores se está abriendo un nuevo abanico de posibilidades de negocio que quizás justifique nuevas inversiones en redes o infraestructuras.

El mismo Sharma, en su análisis del último trimestre del año para EE UU subrayó: “La categoría de los aparatos conectados es la de mayor crecimiento en el mercado, y aunque su ARPU (Ingreso medio por usuario) sea bajo tiene unos márgenes mucho mayores que el resto, lo que convierten a este segmento en el más rentable de la telefonía móvil en los próximos años. A finales de 2011, los aparatos conectados tendrán una cuota de mercado de dos dígitos”. Las previsiones de crecimiento para el resto del mundo, aunque no tan espectaculares como las de Ericsson, son también optimistas. Analysis Mason apunta que en 2020 habrán más de 2.100 millones de aparatos conectados con M2M.

Una  parte muy importante de esas líneas de aparatos conectados, y sobre todo las M2M, son una fuente de ingresos creciente que podría jugar un papel importantísimo si una parte de las predicciones de crecimiento en el número de líneas que vaticina Ericsson acaba teniendo lugar. En este sentido la propia compañía sueca apunta algo parecido a Sharma: que las M2M ni tienen costes de subsidio, ni necesitan casi atención al cliente,  la facturación puede hacerse en lotes (ya que una empresa puede tener miles de tarjetas en un solo contrato) y casi no hay churn (huída a la competencia).

Coste inferior e Internet de las Cosas

Las ventajas en torno al coste no terminan aquí. Según el informe de la compañía sueca “el coste de las tarjetas M2M se estima que se reducirá un 15% anual  durante este tiempo, lo que permitirá que la conectividad sea aún más barata. Hoy ese coste es de 1,5 dólares por gigabyte”.

Si como predice Ericsson nos encaminamos hacia un Internet de las cosas que multiplicará por 10 el número de conexiones, el incremento en ingresos fruto de este mayor número de líneas podría ser la justificación perfecta para abordar las multimillonarias inversiones en infraestructuras (espectro, en el caso del móvil). De hecho para que todos esos aparatos funcionen y se conecten son necesarias redes con capacidad.

Falta por ver cómo afecta este aumento de la demanda de conectividad a los tramos de red fija y a los de móvil. Ericsson considera que en las redes móviles las políticas de traffic management serán imprescindibles, sobre todo para poder cumplir con la exigencia de algunas aplicaciones en tiempo real que necesitarán de caudales garantizados. Las soluciones, eso sí, «deberán ser aplicadas con estándares abiertos y permitir siempre la interoperabilidad entre los diferentes ecosistemas”, destaca el informe de Ericsson. Chetan Sharma, considera que una parte importante de esas conectividades podrán descargarse vía wifi, bien en redes wifi instaladas por los propios operadores en algunos lugares de máxima concentración de personas, como estaciones o intercambiadores.  Tomas Sandin, experto en movilidad de Ericsson, explica en un blog de la compañía que, además, las redes de que dispondremos serán más eficientes  a la hora de gestionar el tráfico y que las mejoras también llegarán por ese flanco.

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*Machine to Machine (M2M) o máquina a máquina: aparatos conectados mediante una tarjeta SIM o de telefonía móvil, con un número asignado que permite la transmisión de información a través de las redes celulares.

Las aplicaciones más conocidas hasta el momento  de las m2m están en las máquinas de vending, las alarmas, los contadores de suministros, la medicina (control de pacientes y de biométricas a distancia), domótica, control de tráfico y flotas logísticas. En un futuro próximo, y a veces en combinación con tecnologías de radiofrecuencia u otras formas de corto alcance (wifi y bluetooth),  veremos utilidades en las transacciones monetarias (pago en el móvil), la agricultura, el medio ambiente, la energía, los electrodomésticos y el transporte.

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