La Comisión Europea, los reguladores, los operadores, los gobiernos… todos coincidimos (y no desaprovechamos ocasión para decirlo) en lo importante que es la inversión en redes de fibra óptica, el “oxígeno digital” para el futuro, como lo ha bautizado la comisaria Kroes. Aunque cada uno con sus propios métodos.

¿Inversiones congeladas? Foto cortesía de Art by Steve Johnson

¿Inversiones congeladas? Foto cortesía de Art by Steve Johnson

La Comisión Europea

La Recomendación sobre redes de nueva generación que publicó la Comisión la semana pasada nos devuelve al debate sobre cómo “fomentar la inversión a la vez que se salvaguarda la competencia”. En su escrito, la CE apuesta por:

  • Dar acceso mayorista a la red de fibra óptica (para que el resto de operadores alternativos pueda utilizarla) a unos precios orientados a costes.
  • Los precios mayoristas que fijen los reguladores nacionales como la CMT para la fibra óptica deben reflejar el riesgo de la inversión en una nueva red (prima de riesgo) y, a la vez, “permitir a las compañías conseguir atractivos beneficios”.
  • Diferenciar geográficamente las obligaciones para los operadores si la situación competitiva es distinta en las diferentes zonas (urbanas o rurales).
  • Apoyar las alianzas de las operadoras para hacer una inversión conjunta en fibra óptica.

La CMT

La CMT también ha hecho mucho hincapié en fomentar una “competencia en infraestructuras”.  A través de una consulta pública en 2007, unas líneas maestras en 2008 y el análisis del mercado de la banda ancha en 2009, la CMT ha apostado por no desincentivar la inversión en redes ni del operador histórico ni de los operadores alternativos.

  • En las obligaciones impuestas a Telefónica en enero de 2009, una regulación todavía vigente, la CMT no excluyó las redes de fibra óptica. Sin embargo fijó un límite en las ofertas de más de 30 Mbps para no desincentivar la inversión y porque se podría estar regulando “ofertas mayoristas con una demanda residual”.
  • Los precios de las ofertas mayoristas están orientados a costes y tienen en cuenta la prima de riesgo de la fibra óptica, como recomienda la Comisión Europea.
  • En el mencionado análisis de mercado, finalmentem no se diferenciaron (o segmentaron) geográficamente las obligaciones a Telefónica porque su cuota de mercado era bastante estable tanto en las zonas urbanas como rurales.
  • Se dio acceso a las canalizaciones de Telefónica para que el resto de operadores pudiera hacer uso de ellas.

Los operadores y la realidad de los datos

Telefónica anunció planes de inversión en fibra, pero la crisis económica obligó a reformularlos. Vodafone afirmó en una entrevista: “Estamos dispuestos a invertir [en fibra óptica], no lo excluimos, pero siempre que exista un retorno razonable”. Orange anunció un plan piloto de fibra y Jazztel cree que el VDSL aún tiene un largo recorrido antes de que llegue la fibra óptica.

El parón en la inversión de los operadores se refleja en los datos del Informe Anual de la CMT. Si nos fijamos en el gasto en capital (que incluye otras inversiones en red, aparte de las de fibra óptica), podremos recordar el año pasado como aquel en el que únicamente Jazztel aumentó su inversión en redes en España. Un 33%, además. El resto de los principales operadores de banda ancha la redujo.

La banda ancha por operadores en 2009. Fuente: Informe Anual CMT


La mayoría de los operadores ya habían reducido su inversión en capital el año anterior, en 2008.

La inversión para el futuro

En el estudio que la CMT realizó sobre la viabilidad del despligue de redes de fibra óptica en España, se calculó que Telefónica debería hacer una inversión total de unos 4.700 millones de euros para desplegar su red hasta 2023 en el escenario más conservador. Un operador alternativo debería invertir más de 5.300 millones. Sólo un 8% de esa inversión total estaría destinada a cubrir con fibra óptica las ciudades de Madrid y Barcelona.

La fibra óptica hasta el hogar ¿pierde su atractivo?

El consultor de telecos Paul Budde enfatiza el esfuerzo inversor que tendrán que hacer los operadores en los próximos años para hacer frente a la demanda de banda ancha de los usuarios: mejorar las redes 3G de móvil, desplegar la cuarta generación, además del despliegue de redes de fibra óptica. Todo esto a la vez que se mantienen las «presiones competitivas» para bajar los precios de la banda ancha móvil. Budde destaca que «en algunos mercados europeos los servicios de banda ancha móvil son más baratos que los de banda ancha fija comparables».

Los consumidores están dedicando la mayor parte de su presupuesto de telecos a la telefonía móvil y a la banda ancha móvil. Por eso, y visto el actual escenario económico, desde la consultora Analysys Mason recomiendan a los operadores invertir en VDSL y no en FTTH.

En un post titulado «El FTTH todavía es un riesgo» afirman: «El capex del FTTH va a ser extremadamente desproporcionado respecto a los costes de alternativas más baratas basadas en el cobre. Dada la nueva orientación del gasto de los consumidores, esto es altamente problemático -especialemente en Europa, donde la predisposición de los usuarios para pagar un plus por más ancho de banda es bajo».

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