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Tirando cable rural. Foto cortesía de pirinenc

Fabricantes, operadores, analistas y demás agentes, inciden cada vez más en el lado verde del sector. Más allá de las eficiencias de producción y del ahorro de costes evidentes que acarrea enviar un mensaje por correo electrónico en lugar de por carta, si además lo hacemos vía fibra óptica, en vez de a través del par de cobre, estaremos mejorando la delicada salud del planeta.

Nos explicamos, según una comparativa de Cnet news, que refleja el instituto medioambiental EPEA, para cubir una extensión de 700 km de telecomunicaciones se necesitarían 20 toneladas de cobre, frente a los 7 kg de fibra óptica requeridos para cablear la misma extensión, pero es que además producir 1 tonelada de cobre significa que se generarán 600 toneladas de residuos. Sí parece que la fibra es una opción más limpia…

Si nos fijamos en el consumo energético que generan las distintas tecnologías de acceso a Internet, según  hemos visto que comenta Alcaltel-Lucent en una presentación sobre fibra óptica y sostenibilidad,  la tecnología GPON lleva años siendo la más ecológica en cuanto al consumo de vatios por usuario: menos de 1 vatio por cliente desde el año 2005 y con una tendencia decreciente, que en 2010 ni siquiera alcanzará los 0.5W/usuario. Otras tecnologías como el ADSL y el VDSL para esa fecha estarán entre 1 y 2W/usuario; por su parte la conexión vía fibra óptica con tecnología Punto a Punto es la más «contaminante» con un consumo por encima de los 3w/u en la actualidad. En todo caso, todas ellas siguen una senda descendente debido a la mejora en equipamientos y sistemas.

Y para demostrar que un ancho de banda cada vez mayor también tiene su repercusión en la reducción del tráfico (de coches),  como muestra, nos referiremos a la iniciativa que se ha desarrollado en fase piloto en diversos municipios de Amsterdam, bajo el programa CDU (Connected Urban Development) auspiciado por Cisco. Se trata de una red de pequeños centros de trabajo inteligentes (Smart Work Centers), situados en lugares próximos a los barrios residenciales de la ciudad y en los que existe ancho de banda simétrico con un mundo de posibilidades para desarrollar el trabajo profesional y aspectos de la vida personal. Todo ello, con un poco de suerte, a pocos metros del domicilio del trabajador, según detalla el Blog de CDU.

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